pamplona - Izquierda-Ezkerra considera que con el acuerdo programático alcanzado a cuatro bandas su formación cumple su “compromiso de facilitar un Gobierno social”, al tiempo que observa “graves insuficiencias” en el mismo. La portavoz parlamentaria Marisa de Simón reconoció en el debate de investidura los “fracasos” cosechados por su coalición en las elecciones del 26 de mayo. “Obtuvimos un solo escaño cuando aspirábamos a reforzar el espacio de la izquierda transformadora en esta Cámara. Habíamos previsto mayor representación de Izquierda-Ezkerra, pero eso no fue así, la ciudadanía navarra no nos respaldó como habíamos previsto y el cuatripartito tampoco recibió el suficiente apoyo, perdiendo la mayoría”. De Simón dijo asumir este resultado “con humildad y con mucha energía para trabajar por desarrollar el acuerdo programático entre fuerzas diferentes, impulsando políticas progresistas y sociales, empeñados en recuperar el espacio perdido y ampliando la influencia en las calles”. Una estrategia en todo caso favorecerá de “un gobierno alternativo a las políticas de las derechas, que tanto daño hicieron a la ciudadanía navarra durante años anteriores”.

La parlamentaria foral subrayó que el programa pactado es “de mínimos” pero “suficiente para dar continuidad a las políticas sociales que supusieron un cambio de rumbo fundamental en Navarra”, Pacto posible “por la capacidad de acordar sin imposiciones” contenidos “importantes para mejorar la vida de toda la ciudadanía”. Sin embargo, Izquierda-Ezkerra se quedará fuera del Gobierno por su “mal resultado electoral” y porque el programa acordado es “insuficiente”.

La parlamentaria de I-E quiso advertir a Chivite de que “con vetos y exclusiones no se construye una Navarra plural”. “No compartimos el veto a EH Bildu, porque está negando una realidad social y política que está aquí, y ese veto no lo va a poder mantener este lunes”. “Es un error”, subrayó Marisa de Simón, “actuar como si una fuerza soberanista de izquierdas, con 50.000 votos y 7 escaños en este Parlamento, no existiera”. Como contrapunto a esta discrepancia, la líder de I-E se alineó con la a todas luces futura presidenta al criticar que se haya acusado a Chivite de ser “amiga de asesinos, que va a imponer el euskera discriminando al que no lo conoce, en un Gobierno nacionalista excluyente e identitario”. Marisa de Simón se comprometió a estar “al lado” de la candidata socialista cuando le lancen esas acusaciones. “Son viles mentiras rastreras que en muchos casos llegan a la difamación o al insulto”. “Ni el Gobierno de la señora Barkos era amigo de los asesinos ni lo va a ser el suyo”, añadió.

Por su parte, María Chivite valoró “el trabajo de Izquierda-Ezkerra en todas las mesas de trabajo” para negociar el acuerdo programático. Respecto a EH Bildu, dijo que la postura del PSN trata “de cumplir con la palabra” dada en campaña. - D.N