pamplona - Cuando se cumple una semana de su investidura fallida, Pedro Sánchez ha decidido volver a presionar a los principales partidos para que hagan posible su elección como presidente del Gobierno, aunque no piensa hablar con ellos hasta que finalice su ronda de contactos con colectivos sociales. El presidente del Gobierno en funciones sorprendía el miércoles con su anuncio de estas reuniones tras las que pretende elaborar, según dijo ayer, un “programa abierto” que ofrecer a los demás partidos.

Ya no será en cualquier caso bajo la fórmula de la coalición como insistió Sánchez, quien en sus declaraciones subrayó que “no funcionó” esa vía que le reclamaba su “socio preferente”, Unidas Podemos, pero insistió en que hay “otras alternativas”. Portugal y Dinamarca son los dos ejemplos que repitió para explicar el Gobierno que quiere, con los socialistas en el Ejecutivo y un acuerdo programático con otras fuerzas que le den su apoyo.

El líder socialista consideró que tras su investidura fallida les toca a todos “reflexionar”. Y también entre todos ha repartido la responsabilidad de que el país lleve “meses de parálisis”. “España no tiene tiempo que perder”, dijo Sánchez, quien también consideró que “no hay ninguna razón para que no se ponga en marcha ya” ese “Gobierno progresista”.

Y mientras en su carta a la militancia del jueves hablaba de forma explícita de Unidas Podemos y de su intención de proponer a ese partido un acuerdo programático, en sus declaraciones de ayer no solo se ha dirigido al partido morado sino que ha hubo mensajes también para PP y Ciudadanos. Porque insistió en que apuesta por un Gobierno que “no dependa de los independentistas”, y por eso llamó a las fuerzas “conservadoras”, los partidos que “se dicen constitucionalistas”, para que lo hagan posible. Hay en definitiva “muchas formas de poder cooperar” según Sánchez, quien insistió en estar dispuesto a “tender la mano” al resto de partidos para buscar este entendimiento, aunque antes se la tienda a la sociedad civil con estas reuniones.

Tres horas estuvo Sánchez en el primero de los encuentros programados, con una veintena de colectivos de defensa de la igualdad. A la salida de esa reunión, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, aseguró que estas asociaciones trasladaron a Sánchez su “expectativa” de que “España tenga pronto un Gobierno progresista”. Un Ejecutivo, continuó Calvo, que siga apostando por las políticas de igualdad y para que no haya “ningún retroceso” en estas políticas que han hecho de España un “ejemplo en el mundo”. Además, reconoció que estos colectivos les transmitieron “su inquietud” por el hecho de que los socialistas cedieran a Podemos el área de Igualdad en las negociaciones que finalmente resultaron fallidas. Cuestiones sobre las que, admitió, hay discrepancias entre ambos partidos.

Por la tarde se celebró la reunión con representantes del mundo de la ciencia y la digitalización, en la que estuvieron junto a Sánchez los ministros de Ciencia, Pedro Duque, y Economía, Nadia Calviño. La semana que viene seguirán los contactos de Sánchez con diversos colectivos, entre ellos los responsables sindicales, dentro de esta ronda que, según recalcó el secretario de Organización socialista, José Luis Ábalos, no responde a una estrategia “improvisada pero sí precipitada” por la coyuntura política.

Ábalos insistió en que los socialistas no quieren elecciones e ironizó sobre lo mucho que se dice en los medios sobre que el PSOE sí está por la repetición de los comicios. “Hay mucha pasión por las películas y mucha recreación, parece que la realidad es demasiado vulgar para escribir sobre ella”, pero son comentarios que “nada tienen que ver con la realidad, dijo.

Mientras, desde Podemos, rechazan la apuesta de Gobierno a la portuguesa e insisten en defender su fórmula de la coalición. El dirigente de Podemos Pablo Echenique desacreditó esa vía al señalar que el Gobierno portugués ha pactado con la derecha una reforma laboral y concurre a las elecciones con la intención de “no depender de sus socios de izquierda”. - D.N.