PAMPLONA - Juan Cruz Alli fue además de la presidenta saliente Uxue Barkos, el único expresidente que acudió a la ceremonia de posesión en el Parlamento. Fiel a su estilo desenfadado y locuaz, que tan reconocido le hizo hace dos décadas, se mostró distendido y de buen humor. “Ser viejo supone haber tenido muchas investiduras. Yo he estado en esto desde la primera Diputación democrática, por lo tanto me conozco el método y el procedimiento”. En cualquier caso, Alli encuentra en la fórmula de coalición del nuevo Ejecutivo “un aliciente de esfuerzo, búsqueda de encuentro y de principios para traducirlos en objetivos comunes de programa y de gestión”. Eso exige a su juicio, experimentado en estas lides, “un gran esfuerzo de interlocución, una gran capacidad de templar gaitas en la presidencia y una voluntad en todos los partícipes de mantener la cohesión del Gobierno para no transmitir a la sociedad que es un Ejecutivo que solo se mantiene por el apego al sillón. Esto exige hacer política: buscar la interlocución y el diálogo”.

Con una oposición tan heterogénea, como la que van a protagonizar Navarra Suma y EH Bildu, Alli apela al sentido de la “responsabilidad” de las formaciones que han conformado el nuevo Ejecutivo para dar solidez al acuerdo, y “buscar otro tipo de apoyos”, cosa que asume “muy difícil”, aunque pendiente del paso del tiempo para esperar posibles acontecimientos. “Hay que tener en cuenta que el bloque de la derecha es también heterogéneo, y que por tanto una vez no ha conseguido el objetivo del Gobierno no estoy yo muy seguro de que se mantenga cohesionado. Sobre todo teniendo en cuenta que hay ahí un especialista que es UPN en romper acuerdos. No le interesó mantener la fórmula del tripartito, no le interesó el Gobierno con el PSOE, no le interesó el Gobierno CDN. Pero la diferencia es que entonces había Gobierno y querían todo para ellos. Hoy como no hay Gobierno es más fácil que mantengan la cohesión”. Aunque tirando de argot ciclista, el expresidente se pregunta si a PP y Cs “estar a la rueda de UPN sin ningún compromiso real les va a convenir de cara a proyectar una imagen a cuatro años”. En contraste con esas posibles tensiones por la derecha, Alli valoró la estrategia seguida por Chivite, a la que saludó en el atrio del Parlamento repitiéndole lo que ya le había dicho en un encuentro fortuito en la calle: “María, ahora estáis en la centralidad”. Diagnóstico idéntico por lo tanto al expresado por José Luis Ábalos. Y es que para Alli “la voluntad del PSOE ha cambiado mucho” comparada con la que primó hace dos décadas, pues ahora al contrario que entonces observa una formación que “no quiere hacerse perdonar nada”, y no está dispuesta a volver a recorrer el camino emprendido en 1996, cuando se conformó una gestora para un PSN “sumiso y sometido a UPN”, con la ayuda de los “poderes fáctivos políticos, económicos, sociales y mediáticos”. Para el ex líder de CDN, el cambio de esta dinámica con tantas y tan largas derivadas políticas, descoloca hoy a UPN, cabeza máxima de Navarra Suma. Han pasado 23 años desde el final del Gobierno de Otano y la sociedad navarra ha cambiado mucho en casi un cuarto de siglo. Algo que Alli lo tiene muy claro apoyándose en la demoscopia que dejó el 26 de mayo: “El que no sepa leer los resultados electorales vive en su castillo, en su mundo irreal”, sentenció.