La justicia escocesa dio ayer la primera alegría al primer ministro británico, Boris Johnson, al rechazar que se detenga su polémica medida de suspender del Parlamento desde mediados de septiembre y hasta el 14 de octubre. En concreto, el juez del Tribunal Civil de Edimburgo, Lord Doherty, decidió no otorgar una orden de emergencia para evitar la suspensión.

La orden había solicitada por un grupo de 75 diputados británicos de diversos partidos a principios de agosto en Edimburgo, ante el miedo de que Johnson cumpliese su amenaza de cerrar el Parlamento y porque la Corte Suprema de Londres estaba cerrada por vacaciones. Los diputados denuncian que Johnson pretende evitar que se legisle contra un brexit sin acuerdo, resaltado que los poderes del Ejecutivo “no son ilimitados y sin restricciones”.

Al final Johnson puso la medida en marcha y ahora tiene vía libre para seguir adelante. El juez denegó la orden de emergencia, pero convocó una vista para el próximo martes, el día que en el que los diputados se volverán a reunir en Westminster. “No considero que se haya demostrado que se requiera una suspensión temporal”, añadió el juez.

La conmoción generada en el Reino Unido por los planes de Johnson de suspender temporalmente el Parlamento no cesan, pero el primer ministro intentó ayer jugar al juego del rato y el ratón. De cara a Bruselas y a los partidarios del brexit, amenaza con una salida a las bravas y sin acuerdo, pero ayer volvió a defender que a partir de septiembre intensificará las negociaciones con la UE a fin de alcanzar un acuerdo de salida. “Ahora es el momento en que ambas partes deben acelerar el ritmo”, defendió el polémico líder conservador.

Por su parte, desde Downing Street confirmaron que el equipo británico a cargo de negociar el brexit se reunirá dos veces por semana “con la posibilidad de reuniones técnicas adicionales a fin de analizar una manera de avanzar asegurando un nuevo acuerdo”.

Johnson aseguró que en Bruselas “nota voluntad para hablar de alternativas a la polémica y ahora apodad como antidemocrática salvaguarda irlandesa, el mecanismo ideado con la intención de evitar la vuelta a una frontera física entre las dos Irlandas tras el brexit.

otras iniciativas La política británica vive uno de sus momentos más críticos, dividiendo aún más al propio partido conservador. De hecho, el ex primer ministro tory entre 1990 y 1997, John Major, anunció que buscará una revisión judicial a la medida tomada por Johnson de cerrar el parlamento. Major se sumará así al recurso interpuesto en Londres por la activista antibrexit Gina Miller, que ya triunfó en casos de alto nivel contra el Gobierno de Theresa May, y el exjuez del Supremo Lord Pannick. “Si se me permite intervenir, tengo la intención de ayudar a la Corte desde la perspectiva de haber servido en el gobierno como ministro y primer ministro”, defendió Major.

Desde la oposición, el partido laborista liderado por Jeremy Corbyn y otras formaciones quieren legislar lo antes posible para impedir una salida de mala manera el próximo 31 de octubre y estudian presentar una moción de censura.

Además, más de 50 parlamentarios de los principales partidos se han comprometido a ocupar una Cámara de los Comunes alternativa si el primer ministro suspende finalmente el Parlamento en septiembre, diciendo que están decididos a continuar debatiendo la política del brexit durante ese período clave de cinco semanas. En la carta, representantes de los conservadores, laboristas, el SNP escocés, los liberaldemócratas, Change UK y Plaid Cymru dijeron que convocarían un Parlamento alternativo en caso de que se les prohibiera la entrada a la cámara. Entre los firmantes, el diputado laborista David Lammy y la actual líder de los liberaldemócratas, Jo Swinson. “No podemos permitir que el gobierno evite el escrutinio en este momento de crisis nacional”, dice la carta, diciendo que los parlamentarios lucharán contra este brexit más dañino. “A los que votaron para irse en 2016 se les prometió un acuerdo negociado por la campaña Vote Leave”, resaltan en la carta.

De hecho, tienen claro que Johnson anunció ahora el cierre del Parlamento en un intento de lograr un brexit sin acuerdo: “Tal golpe inconstitucional corre el riesgo de afectar al empleo, la seguridad y el nivel de vida de las personas, sin mencionar el acuerdo del Viernes Santo”.