pamplona - El president de la Generalitat, Quim Torra, amaga con no comparecer ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), que lo ha llamado a juicio por no retirar a tiempo los lazos amarillos de los edificios públicos en la pasada campaña de elecciones generales. El mandatario catalán puso en duda la imparcialidad de los magistrados, a la vez que consideró que no acudir a la llamada de la Justicia “sería poner de manifiesto que nos tenemos que plantar”. Torra se enfrenta a una petición fiscal de un año y ocho meses de inhabilitación.

“Quien tiene un problema es el TSJC. Hemos de saber si se respeta la separación de poderes. Mi respuesta de si voy al juicio, hay que entenderla en el marco en que nos movemos”, afirmó el president en una entrevista en El Punt-Avui, en la que censuró que la Fiscalía no respaldase su petición de retrasar su comparecencia, fijada para los días 25 y 26 de septiembre, por coincidir con el Debate de Política General en el Parlament.

Los jueces, asimismo, se han alineado “a favor del 155 y de retirar lazos”, argumentó Torra, que de antemano se mostró seguro de que será inhabilitado por este caso. “Esto sigue un camino que inevitablemente ha de acabar con la inhabilitación (...) Con un tribunal imparcial, justo y riguroso, esto no pasaría, pero la justicia española busca dar el golpe de estaca definitivo al movimiento independentista catalán y a mi persona”, señaló.

Por su parte, el presidente del grupo parlamentario de ERC, Sergi Sabrià, anunció ayer que la formación respetará y apoyará a Torra, tanto si decide acudir al juicio, como ausentarse de él. Por el contrario, volvió a presionar con el adelanto electoral como reacción a la sentencia del procés. “Se necesita una mayoría parlamentaria amplia. Es importante, porque si eres fuerte en el gobierno pero tienes muchas dificultades para sacar las iniciativas en el Parlament, dejas de ser fuerte. Las dos cosas son capitales”, sostuvo Sabrià. - I.F.

desempleo y soberanía

Contradicción. La Secretaría de Estado de España Global ha actualizado el documento que redactó para combatir en el exterior las tesis del independentismo. En uno de esos gráficos, asegura que “el apoyo a la secesión disminuye cuando el desempleo se reduce”, si bien posteriormente el estudio asegura que un 29% se declaraba independentistas entre quienes decían vivir con “muchas dificultades” durante la crisis que afectó al Estado entre 2008 y 2013, frente a un 51% de apoyo al soberanismo entre los que decían vivir “cómodamente” esa época.