PAMPLONA. - “Están tratando de volver a construir un relato de violencia” antes de la sentencia del procés. “Pero no lo conseguirán, el movimiento independentista es y será siempre pacífico. La represión continúa siendo la única respuesta del Estado”. Así se pronunció Quim Torra después de que la Guardia Civil detuviera ayer a nueve independentistas vinculados a los Comités de Defensa de la República (CDR) -de los que dos ya están en libertad con cargos- a los que se acusa de orquestar actos de sabotajes de cara al 1-O y una vez se conozca el fallo del Tribunal Supremo. La Fiscalía va más allá y considera que formaban “un grupo terrorista de índole secesionista”, atribuyéndoles tenencia de explosivos, así como delitos de terrorismo y/o rebelión, como hizo en su día con Tamara Carrasco, aunque el magistrado estimó que los hechos se encuadraban en los de desórdenes públicos. Ahora el Ministerio Público tira de contundencia para afirmar que sus “proyectos terroristas” estaban en “avanzado grado de preparación” al tener “objetivos seleccionados”. ERC y JxCat pidieron que comparezca el ministro de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska.

A los arrestados se les imputan delitos de rebelión, terrorismo y tenencia de explosivos, ya que en los registros se intervinieron materiales y sustancias utilizables en su fabricación, y supuestamente el plano de al menos un cuartel de la Guardia Civil, que podría corresponder a la localidad de Canovelles (Barcelona), y algún otro de edificios públicos. En un domicilio de Sabadell se encontró ácido sulfúrico, polvo de aluminio, gasolina y cera o parafina. Fuentes judiciales sospechan que podrían haber intentado fabricar un explosivo casero llamado termita. En las imágenes del operativo se aprecia que agentes armados acceden a lo que parece un taller donde se acumulan bolsas de plástico con sustancias en polvo. También hay cazuelas y ollas, herramientas habituales para la mezcla de estas sustancias. Fruto de una investigación que se inició hace dos años, desde la Audiencia Nacional se temía que los actos de sabotaje que preparaban fueran el inicio de otros más serios.

Varias conversaciones telefónicas de los detenidos, que habían sido interceptadas, llevaron a los investigadores a sospechar que el grupo podía pasara a la acción de forma inminente. Como respuesta, los CDR hicieron un llamamiento a “hacer frente a la represión contra el movimiento independentista”. “La maquinaria de las fuerzas represoras del Reino de España nos pone en el punto de mira. Por mucho que hagan registros indiscriminados y detenciones arbitrarias, no detendrán a un pueblo convencido y combativo”, advirtieron. En el operativo, iniciado a las cinco de la madrugada en varias localidades catalanas, participaron unos 500 agentes a las órdenes del juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón. Los arrestados son todos hombres y una mujer, con edades comprendidas entre los 35 y los 50 años, y entre ellos se halla Eduard Garzón, que fue detenido en febrero por la protesta en los alrededores de Lledoners en el último traslado desde Catalunya a Madrid de los políticos soberanistas presos.

reacciones Pedro Sánchez se limitó ayer a mostrar su “preocupación”, mientras que desde formaciones como Ciudadanos, que volvió a pedir la aplicación del 155, señalaron como responsable a Torra por apremiar en el primer aniversario del 1-O a los CDR con la frase “apretad, hacéis bien en apretar”. Desde el PP también se culpó al president por su “lenguaje belicista”. Por su parte, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, replicó que se busca “criminalizar al independentismo asociándolo con terrorismo para crear un falso relato”; y el portavoz en el Congreso Gabriel Rufián, anotó en Twitter que “vives en un país en el que se detiene a gente de madrugada para buscar pruebas en su contra. En democracia es justo al revés. El A por ellos era un A por todos. ¿Quien será el siguiente?”. El president del Parlament, Roger Torrent, señaló que “nos querrían violentos pero nos encontrarán siempre en pie de paz”.