madrid - El presidente de la Generalitat, Quim Torra, intentó ayer hablar con Pedro Sánchez mediante una llamada que no tuvo contestación y que se produjo entre críticas y acusaciones por no haber condenado la violencia cinco días después de que se iniciaran los altercados en las calles.

Diecinueve personas ingresadas en los hospitales de Catalunya, más de 300 policías con lesiones de diversa consideración, entre ellos un agente con fractura de cráneo que le oprime las vértebras; otros 300 arrestados. Son algunos de los datos del balance que dejan ya cinco días de enfrentamientos entre grupos radicales y las fuerzas de seguridad.

El viernes por la noche se produjeron los incidentes más violentos y, por ello, el ministro de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, se desplazó ayer a la capital catalana para visitar al operativo policial desplegado y mantener una reunión con el conseller catalán del ramo, Miquel Buch.

Posteriormente, en rueda de prensa, defendió la actuación de las fuerzas de seguridad por cuanto están actuando con “proporcionalidad” frente a un “vandalismo indiscriminado”, y negó que el Estado esté “desbordado” ante una situación de “orden público grave”. Los daños en el mobiliario urbano de Barcelona ya son cuantiosos.

Marlaska recriminó la actitud de Torra al no haber condenado aún la violencia de los útimos días, algo que tampoco hizo ayer durante la comparecencia ante los medios que ofreció tras reunirse con integrantes del Govern y con alcaldes de las capitales catalanas, menos la de Barcelona, Ada Colau, también crítica con el presidente de la Generalitat. Colau pidió que esta situación cese porque “Barcelona no se merece” lo que se está viendo.

llamada sin respuesta En la declaración que leyó, después de la cual no aceptó preguntas de la prensa, Torra anunció que llamaría a Sánchez para fijar una reunión con él e iniciar “de manera inmediata” un proceso de diálogo y negociación.

Sánchez no atendió la llamada, según indicaron fuentes gubernamentales, entre otras razones porque antes de hablar con él quiere que condene “rotundamente la violencia”.

Marlaska destacó que a los grupos organizados o a los individuos que inciten a ese “vandalismo indiscriminado”, según sus palabras, se les aplicará el Código Penal.

Además, aparte de subrayar que el Estado no está “desbordado”, señaló que todos los escenarios se habían previsto desde antes de que se conociera la sentencia del procés que ha servido de detonante de este ciclo de graves disturbios callejeros.

Pero no es ésa la opinión de los partidos de la oposición al Gobierno de Sánchez.

condiciones del pp El líder del PP, Pablo Casado, pidió al presidente en funciones que restaure el orden en Catalunya y que rompa los pactos que en algunas instituciones catalanas tienen los socialistas con formaciones independentistas; si lo hace, los populares le apoyarán.

Por su parte, el exministro del Interior durante el Gobierno de Aznar, Jaime Mayor Oreja, comparó ayer la “crisis” que suponen las protestas en Catalunya con el “odio a España, que en el País Vasco “derivó en ETA”.

El del Cs, Albert Rivera, exigió al Gobierno que actúe y no deje “abandonados” a millones de catalanes, y entre esas actuaciones volvió a exigir la ejecución del artículo 155 de la Constitución y el consiguiente cese de Torra.

Desde Vox, el secretario general Javier Ortega Smith-Molina acusó al Ejecutivo de “irresponsabilidad” y pidió que autorice a la Policía Nacional a actuar “como sabe” en Catalunya, esto es, con “todo el material antidisturbios”, con más efectivos e incluso con el concurso de los GRS de la Guardia Civil, sus unidades de elite.

Casado y Rivera apuestan por el uso del 155 de la Constitución y Abascal, por el 116, que establece el estado de emergencia.

El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, ve en los partidos de la “derecha reaccionaria” una suerte de competición por ver “quién dice la mayor barbaridad”, y por ello, demanda la interrupción de una “escalada de violencia” en la que participa también el sector más radical de las manifestaciones en Catalunya. A su juicio, urge el diálogo, especialmente entre Sánchez y los dirigentes catalanes, pero sin Torra. Garzón pidió su dimisión.

El candidato a la presidencia por Más País-Equo, Íñigo Errejón, también pidió a Torra que dimita y reclamó al Gobierno que mantenga la posición de mesura que está mostrando hasta ahora.

El fundador de Podemos Juan Carlos Monedero dijo que “hay que entender por qué esos jóvenes optan por la violencia”, en referencia a los grupos más violentos que están actuando en Barcelona, y pidió que la crisis se solvente “sin medidas excepcionales”.

El PSOE, por medio de su responsable de Organización, José Luis Ábalos, defendió la actuación del Gobierno y recalcó que, por ahora, no hacen falta “otras medidas”. La portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Celaá, denunció las “algaradas callejeras incendiarias” en Catalunya y aseguró que “nada quedará impune”.

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, pidió a Torra que “se aparte” para que sea otro presidente el pueda hablar en nombre del conjunto de la sociedad catalana ya que “nuestros problemas en estos momentos de acuerdo y de diálogo no son tanto una negociación entre él (Torra) y el Gobierno de España” sino “un diálogo con la parte de Catalunya que él (Torra) se empeña en no querer ver y en no querer a veces ni tan siquiera reconocer”. - Efe/E.P.