En cuestión de horas la UE ha pasado de una alegría cauta tras un nuevo acuerdo del brexit con Londres para su salida el 31 de octubre a recibir tres cartas pidiendo una prórroga del Artículo 50. El bloque comunitario aguarda con precaución los acontecimientos en el otro lado del canal de La Mancha. John Bercow, speaker (presidente) del Parlamento británico rechazó celebrar la votación ayer. En el proceso del brexit nada es lo que parece. El Consejo Europeo, reunido el pasado jueves y viernes, dejó la sensación de que el Reino Unido acabaría despidiéndose de la familia comunitaria el 31 de octubre.

Bruselas y Londres concluyeron un acuerdo in extremis dos horas antes del arranque de la cumbre de otoño. Unas horas después, el nuevo texto obtenía el respaldo de los Veintisiete. Pero en la UE reinaba la cautela y la precaución. Sabía que, una vez más, la pelota estaba en el tejado de Westminster.

La del sábado estaba llamada a ser la cuarta votación del Acuerdo de Salida. Pero Theresa May, ex primera ministra británica, ya lo anunciaba: “Estoy teniendo un déjà vu”. Y así fue, la Cámara de los Comunes volvió a sorprender. La votación nunca se produjo y en su lugar salió adelante la explosiva enmienda Letwin por 322 votos a favor y 306 en contra.

Lo que pide esta medida es más tiempo para debatir y analizar el texto legal. En caso de que esto impida la salida la fecha marcada, obligaba a Boris Johnson a pedir una prórroga a Bruselas. Letwin se cruzaba en este escenario con la Ley Benn, que fue ratificada hace unas semanas por el Parlamento británico para evitar el divorcio a las bravas. La Ley Benn obligaba al primer ministro a solicitar una extensión si la noche del sábado 19 de octubre el Acuerdo de Salida no había pasado el filtro de Westminter. Y no lo pasó.

el ‘juego de cartas’ de johnson Johnson anunció el sábado, en la primera reunión de los diputados en la cámara durante un fin de semana desde la guerra de las Malvinas en 1982, que no negociaría un prórroga con la UE. Forzado por la ley, envió tres cartas a Bruselas. Una, que no estaba firmada por él, pidiendo la extensión; y otra, ya sí sellada con su firma, alegando que conceder una extensión sería un error. “Una prórroga dañará los intereses del Reino Unido y de la UE, así como la relación futura entre ambos. Es necesario concluir el proceso”, escribió el líder tory. La Comisión Europea ha señalado que el hecho de que la misiva de petición esté firmanda por los representantes permanentes y no por el propio Johnson “no cambia nada” en el proceso.

Así las cosas, la calma duró poco en Bruselas. Donald Tusk, presidente del Consejo, confirmó que había recibido la misiva poco antes del deadline del sábado y que se disponía a consultarlo con las capitales europeas. Poco antes, la Comisión Europea señalaba que “tomaba nota” de la enmienda Letwin y pedía a Londres, una vez más, claridad sobre su hoja de ruta. Mina Andreeva, portavoz de la Comisión Europea, aseguraba que no había habido ni hay conversaciones programadas entre Johnson y Juncker. Alemania se mostraba dispuesta a una “extensión técnica”.

Los embajadores permanentes se reunieron el domingo, tal y como tenían previsto antes de los hechos en el otro lado del canal de La Mancha. Un encuentro de 15 minutos en el que no abordaron el escenario de la prórroga. La UE quiere dar tiempo a Londres para que aporte algo de claridad. Johsnon buscaba someter el Acuerdo a votación este mismo lunes a través de un meaningful vote. No obstante, Bercow rechazó la celebración ayer mismo alegando que sería “repetitivo” y “desordenado” porque las condiciones son las mismas que el sábado.

El bloque comunitario espera al crucial escrutinio para mover ficha. “El proceso de ratificación continúa en la UE”, señaló Andreeva, que confirmaba que hoy Michel Barnier, jefe negociador de la UE para el brexit, informará al Colegio de Comisarios sobre el estado actual del brexit.

Entretanto, el Parlamento Europeo también aguarda noticias. El Pleno estaba llamado a votar el acuerdo el jueves en Estrasburgo. Algo que puede ocurrir o no dependiendo del desarrollo de los acontecimientos en Londres.