pamplona - En plena polémica por las declaraciones de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, sobre la contaminación, la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Barcelona y un más restrictivo Madrid Central para la capital echaron a andar con objeto de blindar a estas ciudades a la contaminación y en medio de la polémica por el cruce de acusaciones de algunos de sus impulsores.

El año arrancó con cambios en el área de restricción al tráfico de Madrid Central, que ha ampliado la prohibición a más vehículos y ha modificado su perímetro al permitir la conexión entre dos calles, y ayer echó a andar la ZBE de Barcelona, que prohíbe la circulación dentro de un área de más de 95 kilómetros cuadrados a los vehículos más contaminantes.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, aseguró que la calidad del aire "es un compromiso firme de este equipo de Gobierno", como prevé la estrategia Madrid 360, y reprochó a la regidora de Barcelona, Ada Colau, la puesta en marcha de la ZBE, una "engañifa" mucho menos restrictiva que Madrid Central. Colau, que ya defendió en su día que el plan equivalía en extensión a 20 veces Madrid Central, auguró a través de un mensaje en su cuenta de Twitter un "mal año" para las políticas de salud y medio ambiente en la Comunidad de Madrid por el "negacionismo" de su presidenta, Isabel Díaz Ayuso.

Ayuso aseguró el miércoles en una entrevista en la Cadena Ser que "nadie ha muerto" por la contaminación en Madrid y que "no es real" la alarma de salud pública, declaraciones que han provocado un aluvión de críticas de ecologistas, organismos científicos y políticos de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, el alcalde madrileño atribuyó estos reproches al "histerismo" de la izquierda por una "frase aislada" y defendió que las declaraciones de la presidenta están sacadas "de contexto".

Los grupos parlamentarios de izquierda en la Asamblea de Madrid (PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos-IU) se mostrado abochornados de la "ignorancia" de la presidenta y coincidieron en reclamar que abandone su cargo, al igual que reclamaron organizaciones ecologistas y de salud.

El responsable de movilidad de Greenpeace, Adrián Fernández Carrasco, criticó a Ayuso. "Estas palabras demuestran, o bien una profunda ignorancia del problema de la contaminación, o bien una mala fe", subrayó. Fernández argumentó que "decenas de informes científicos atestiguan que la contaminación mata" y añadió que "en concreto en la UE la contaminación atmosférica supone más de 400.000 muertes prematuras". También la asociación Ecologistas en Acción calificó a Ayuso de "irresponsable" y le acusó de tomar decisiones políticas "a costa de la salud pública".

Por su parte, la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid sostuvo que la dirigente regional debe rectificar o sus palabras deberían conllevar su dimisión, ya que los madrileños no se "merecen" a esta presidenta. "La relación entre la contaminación y la mortalidad está establecida hace mucho tiempo", concluyó. - D.N.