PAMPLONA. El Pleno del Parlamento ha aprobado este jueves, la Ley de Cuentas Generales de Navarra de 2018, que recoge unos gastos de 4.179,67 millones (un 5 por ciento más) y unos derechos reconocidos netos de 4.102,66 millones (un 9 % menos).

Con los votos a favor de PSN, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E y el voto en contra de Navarra Suma, la consejera de hacienda, Elma Saiz, ha defendido el punto, especialmente la "opinión favorable en cuestión financiera y de legalidad" emitida por la Cámara de Comptos, que también subraya el "cumplimiento de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad financiera".

En el otro lado de la balanza, ha apuntado a los aspectos que Comptos recomienda mejorar, "en los que este Gobierno ya está trabajando para tratar de corregir".

Según este informe, las cuentas generales de Navarra de 2018 ofrecen una visión general sobre la situación económico-financiera de la Administración Foral, con datos del Gobierno de Navarra y sus organismos autónomos, el Consejo de Navarra, las sociedades y fundaciones públicas, el Parlamento y sus órganos dependientes: Cámara de Comptos y Defensor del Pueblo.

En cuanto a las cuentas del Gobierno de Navarra, en 2018 pagó 4.025,57 millones de euros y tuvo una recaudación neta de 3.857,58 millones.

El mayor capítulo de gastos corresponde a las transferencias corrientes, con 1.513,87 millones, seguido de personal, con 1.253,17 millones. Los gastos corrientes en bienes y servicios sumaron 629,42 millones y las inversiones ascendieron a 152,46 millones.

Respecto a los ingresos, los impuestos directos suman 1.739,7 millones y los indirectos 1.870,16 millones. La tercera fuente más importante de financiación es el endeudamiento, con 208,058 millones.

El saldo presupuestario no financiero (diferencia entre ingresos y gastos no financieros) resultó positivo en 93,88 millones, mejorando esa cifra respecto al año anterior un 73 %. El remanente de tesorería para gastos generales es también positivo y alcanza los 158,14 millones, si bien disminuye un 56 % respecto al ejercicio anterior.

El porcentaje más alto de gasto, 26 %, va destinado a Sanidad, seguido de Educación con el 16 %. El Convenio Económico con el Estado se lleva el 13 % del gasto total, 529,583 millones por las competencias no asumidas, 93 menos de lo que antes del acuerdo de renovación rubricado en diciembre de 2017 requería el Gobierno de España. La deuda pública supone el 11 %.

Respecto a 2017, se observa un aumento del 7 % en la recaudación líquida tributaria, hasta alcanzar los 3.249,73 millones.

La deuda financiera de la Administración Foral a 31 de diciembre de 2018 ascendía a 3.085,36 millones (- 5 %), de los que 2.779,87 (- 6 %) son a largo plazo. Este importe, con un peso relativo inferior de los préstamos, supone una reducción del 5 % (172,74 millones) en relación a 2017. En cuanto a las previsiones de amortización del conjunto de la deuda, el 48,3 % se debe hacer antes de 2024, año, en el que se prevé una amortización del 7,6 %.

El órgano fiscalizador señala que la Administración Foral cumplió en 2018 con todas las exigencias relacionadas con el volumen de necesidades de financiación, regla de gasto y sostenibilidad financiera.

Del análisis de la situación económico financiera se deduce un "cierto empeoramiento en algunos de los indicadores, lo que se traduce en que los ingresos corrientes no han sido suficientes para hacer frente a los gastos de funcionamiento y carga financiera, si bien los indicadores relacionados con la deuda han mejorado".

Pese a estar a favor, Ainhoa Unzu (PSN) ha planteado una serie de "preocupaciones", como la de la amortización de la deuda que "nos está lastrando" o la de la "drástica reducción del 36 % del gasto en Desarrollo e Investigacion", aunque ha subrayado el efecto positivo en las cuentas públicas del acuerdo para el Convenio con el Estado.

Por Geroa Bai, Mikel Asiáin, pese a los problemas que evidencia el informe, ha valorado que estas cuentas "poco tienen que ver" con las de 2014, cuando Comptos instó de forma más perentoria a tomar medidas para equilibrarlas, por lo que las de 2018 son "el mejor ejemplo de que no se ha cumplido el apocalipsis que vaticinaron" algunos.

Adolfo Araiz (EH Bildu) ha repasado las diferentes áreas, con destacada mejoría en las cuestiones relacionadas con la gestión directa por parte de Navarra, en unas cuentas que "reflejan una situación financiera saneada", "ponen de manifiesto que las cosas se pueden hacer de otra manera" y que "la situación heredada en 2015 no tiene nada que ver con la que se ha dejado en 2018-19".

Por Podemos, Mikel Buil, ha valorado que en la legislatura pasada "hemos conseguido sanear las cuentas, ha aumentado el empleo y hemos salido de la situación de shock en la que nos encontrábamos en 2015", ha dicho para apuntar también aspectos negativos como el impuesto de sociedades, o la "raquítica inversión en inversiones", en lo que ha definido como "una sensación agridulce".

Marisa de Simón (I-E) ha considerado "evidente que la situación hoy es muchísimo mejor que en 2015, no solo por las cuentas saneadas, sino porque en estos 4 años se ha atendido las necesidades de las ciudadanía con unos Presupuestos con un peso de importante calado social"

En contra, María Jesús Valdemoros (NA+) ha lamentado que se comparen en detrimento de UPN datos surgidos de circunstancias económicas diferentes, lo que "ofrece datos sesgados", al tiempo que ha abogado por "invalidar el análisis triunfalista" del cuatripartito anterior con argumentos como el de la comparativa con otras comunidades o la pérdida de votos del anterior cuatripartito.