pamplona - “María es una persona que confía en su equipo, en todos y cada uno de los miembros del Gobierno”. Un estilo de dirección, cuenta el vicepresidente Javier Remírez, que la presidenta ya mostró en cuanto se puso a las riendas del PSN, alcanzada la secretaría general. “María no pone los galones encima de la mesa, sino que primero lo que hace es confiar”, desde un conocimiento “profundo” de los temas. “Su liderazgo está basado en la autoridad, en la influencia, y la sugerencia. Eso también facilita las cosas”, añade Remírez. Desde el equipo de la presidenta, se pone en valor la autenticidad y cercanía de la líder socialista, que el próximo mes de junio cumplirá 42 años. “Es una persona trabajadora, muy empática y afectiva, tiene mucha capacidad de construir equipos y lo hace desde una perspectiva muy humana”. Un componente que describe tanto su vocación social y de servicio público, como su deseo de conformar un clima de trabajo positivo, que redunde en beneficio de la gestión y de la relación entre los consejeros y consejeras. “Es una actitud” que a ojos de su entorno, va creando vínculos y “enriquece la relación laboral y la confianza” en un equipo sujeto a la toma de decisiones complejas. Al mismo tiempo, “ella es muy rigurosa, minuciosa y detallista. Todo tiene que encajar técnicamente”. Unas cualidades en la distancia corta que valora también José María Aierdi, su vicepresidente segundo. “Es una mujer cercana, que respeta la forma de trabajar de cada uno de nosotros y nosotras” y al mismo tiempo “quiere conocer con detalle” la marcha de cada uno de los departamentos”. El otro Ayerdi, Manu, consejero que fue vicepresidente en el anterior Gobierno de Barkos, también destaca la cercanía de Chivite. “Creo que las cosas están yendo con una razonable comodidad”, y subraya su “empeño” en que el Gobierno sea un equipo. Más si cabe cuando un elemento “diferencial” de esta legislatura radica en que el Ejecutivo de Chivite no cuenta con una mayoría absoluta. Factor “relevante” que condiciona la vida parlamentaria, asume Aierdi, y que todos los consejeros y consejeras deben “tener en consideración”.