- Fue un pleno atípico en las formas y en el fondo. En las formas porque fue el primero presencial, pero con la inmensa mayoría de los parlamentarios en sus casas. Y, en el fondo, porque por primera vez en la legislatura fue como si no existieran las alianzas estratégicas ni el partidismo. El Gobierno contó con apoyo unánime, sí. Pero todos los grupos expresaron sugerencias y comentaron, sin filtros, lo que les parecía bien y lo que les parecía mal, independientemente de si son grupos de oposición o de Gobierno.

El caso más llamativo fue el de Geroa Bai. Es el socio prioritario del PSN en el Gobierno, pero planteó una alternativa económica diferente a lo que ya se está haciendo. La verbalizó Uxue Barkos, que propuso una salida "a la danesa". Consistiría en copiar, al menos en el espíritu, parte de las medidas que ha implementado Dinamarca: el Gobierno garantiza la liquidez de las empresas, pero para pagar los salarios de los empleados -mínimo el 70%- y que no se pare la producción. Implicaría, lo dijo Barkos, una cierta preminencia de lo público sobre lo privado, y trataría de aliviar el cuello de botella que van a sufrir las empresas y los empleados con los ERTE, que van a llegar en algunos casos tarde. A favor de Navarra juega que puede aplicar medidas fiscales sobre una población pequeña -Dinamarca es un país como la Comunidad de Madrid-, que las cuentas saneadas y el margen permiten cierto endeudamiento, y que la buena calificación crediticia de Navarra te permite, todavía, ir a los mercados a buscar dinero. Si esto se intenta, habrá que hacerlo rápido, porque el panorama general te va a ir arrastrando. Fue una alternativa, entre reproches y otras sugerencias, como que el Gobierno no ceda en sus competencias y mantenga su gestión de lo diario, porque es aquí "donde se conoce cómo hacer más eficaces los recursos".

Navarra Suma, por ejemplo, trasladó varias quejas al Gobierno. Javier Esparza, en su turno, pidió a Chivite que no caiga en la "autocomplacencia" y que haga un "análisis real" de la situación, con "transparencia". "Dar muchas ruedas de prensa no significa ser transparente", remarcó Esparza, que dijo antes de nada que se encontraba ante su discurso más difícil y que, es cierto, siempre mantuvo las formas en la crítica. Parte de su crítica se basa en que Chivite no ha tenido en cuenta las aportaciones de grupos y plataformas de profesionales a la hora de implementar medidas.

El partido que cerró filas ante el Gobierno fue el PSN, por cuestiones lógicas. Ramón Alzórriz, portavoz socialista, reprochó que Esparza mantenga una "unidad impostada, no real", y la reprochó que solo hubiese hecho críticas. "Ya habrá tiempo para analizar, pero precisamente lo que necesita el Gobierno es tiempo", dijo, antes de defender una actuación "encomiable".

Una crítica "constructiva" llevó a cabo Bakartxo Ruiz, de EH Bildu, que advirtió al Gobierno sobre la necesidad de endurecer las medidas de confinamiento con una imagen fácilmente entendible: "No puede ser que el fin de semana todos estemos encerrados en casa y el lunes volvamos a trabajar". También señaló cierta falta de autocrítica que, si no se hace, "impedirá mejorar". "Flaco favor hacemos si obviamos que hay gente preocupada, gente con síntomas, que llama durante cinco horas al teléfono de Sanidad y no obtiene respuesta". Y, por último, una crítica al mando único decretado por el Gobierno central, cuyos efectos tratará de enmendar en el próximo pleno. "El mando único ha sido un error, hay que decir las cosas claras. Ha sumido a Navarra en una parálisis y no está garantizado el material suficiente", dijo, poco antes de pedir al Gobierno que use "sus recursos", como los 270 bomberos que se han ofrecido en 24 horas para realizar "cualquier tarea".

Mikel Buil, portavoz de Podemos, sonó más resignado. Aplaudió el fin de la austeridad y el aumento de la inversión, pero son medidas que "llegan tarde". Además, trasladó a los grupos y al Gobierno que los sanitarios les transmiten que "viene un fin de semana duro", por lo que invitó a pensar en ir adaptando algún recinto con camas y medios". Marisa de Simón, de I-E, optó por dejar los análisis para el futuro y apostó por actuar. "Ya habrá tiempo para examinar qué se hizo bien y qué se hizo mal. Ahora es el momento de hacer esfuerzos, y esos esfuerzos económicos deben quedar fuera de las leyes de austeridad".