- Se acaba el tiempo de gracia para el presidente español, Pedro Sánchez. El Congreso de los Diputados aprobó ayer la tercera prórroga del estado de alarma hasta el 9 de mayo haciendo de tripas corazón, porque los partidos coinciden en que es necesario que los ciudadanos sigan en casa para vencer al coronavirus aunque discrepen con la gestión de Sánchez desde su mando único.

Pero, a medida que se asume que el socialista va a dilatar esta situación y que hay estado de alarma para rato, la oposición comienza a replantearse un apoyo ciego y sin condiciones.

En concreto, el Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos volvió a sacar adelante la prórroga con el sí del PP, Ciudadanos y PNV, y partidos con menor representación como Más País, Compromís, UPN, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Foro, Teruel Existe y PRC. En total, 269 síes de un total de 350 escaños.

Se abstuvieron ERC, EH Bildu y BNG, en tanto que la rechazaron Vox, JxCat (la formación independentista, por primera vez desde que se decretó el estado de alarma) y la CUP.

Por parte de sus socios de investidura, comienza a aflorar con fuerza la exigencia de que sean las comunidades autónomas quienes lleven a cabo los planes de vuelta a la normalidad. Fue el PNV quien lo formuló con mayor claridad como condición. Votó a favor de esta prórroga, pero avisó a Sánchez de que no podrá contar con su voto afirmativo para una nueva ampliación de otros quince días si no permite que las comunidades autónomas apliquen las medidas para la vuelta paulatina a la normalidad, porque son ellas las que tienen un mayor conocimiento de causa por trabajar pegadas al terreno.

Sánchez ha confirmado ya que habrá medidas diferentes en cada territorio en función del nivel de contagios y de la situación de desahogo de los hospitales, pero ha habilitado al ministro de Sanidad, Salvador Illa, para que tome las decisiones. Lo hará utilizando una tabla de indicadores para medir la fortaleza de cada comunidad y que será homogénea para todo el Estado.

Parece que la intención no es tanto actuar por bloques autonómicos sino por municipios, y es ahí donde el PNV tiene la sensación de que Sánchez podría aspirar a pilotar un proceso para dar órdenes ayuntamiento por ayuntamiento.

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, le aclaró que no discute que los parámetros para medir la salud de cada territorio sean homogéneos, pero le pidió que sean los presidentes autonómicos quienes apliquen los parámetros y ejecuten los planes: "No me quiero imaginar a Illa diciendo que en Lekeitio sí se puede salir a la calle y en Bermeo no".

El propio Sánchez reconoció que no puede concretar más, pero quiso calmarlo al señalar que él mismo fue quien pidió a las comunidades que le dieran el número de contacto del técnico encargado de la desescalada en cada territorio, y negó que pretenda poner un papel sobre la mesa y pedir que le "digan amén". "Es muy importante la participación de las comunidades en el diseño y la ejecución. Quédese tranquilo", añadió.

Los precedentes no invitan al optimismo porque el mando único se ha ejercido sin contemplaciones hasta la fecha y, además, Sánchez no da señales de que esté muy por la labor de relajar el confinamiento. Ayer volvió a avisar de que será un proceso lento y que, si acaso, comenzará en la segunda quincena de mayo. Esteban le pidió que comience a valorar la recuperación de la "actividad física y la apertura limitada y escalonada de pequeños comercios".

Con independencia de que Sánchez tenga casi garantizada una futura prórroga por el respaldo de los grandes partidos estatales, la advertencia de ayer supone un toque de atención sin precedentes en toda esta crisis por parte de su socio de investidura más leal y con el perfil más institucional.

Sánchez sacó adelante la prórroga pero se está dejando jirones de confianza por el camino. Ayer se escuchó un coro de voces que critican que improvise y se enrede con la salida de los niños, que acumule poder en esta crisis y vigile las redes sociales, o que obvie el autogobierno. A los votos en contra que ya venían emitiendo Vox y la CUP, se les sumó JxCat, quien también pidió una desescalada asimétrica. Lo mismo reclamó ERC, socia de Sánchez, que mantuvo la abstención, como Bildu, pero avisó de que cada vez está más cerca de votar en contra.

Este debate no es una cuestión de prurito nacionalista, sino que ayer hubo otros portavoces, como el poco sospechoso Tomás Guitarte desde Teruel Existe o incluso Sergio Sayas de UPN, que plantearon una vuelta a la normalidad adaptada a las necesidades de cada territorio.

Pese a dar su apoyo a la prórroga, Sergio Sayas, tuvo un duro discurso con la gestión del Gobierno. Asegurado que el equipo del presidente, Pedro Sánchez, es "un grupo de amateurs mal avenidos" cuyas políticas "han sido un desacierto, se han tomado tarde y se han hecho mal". A su juicio, la crisis sanitaria, social y económica que vive España "no es por mala suerte" sino para la gestión del Gobierno y del presidente, al que llamó "predicador" por sus intervenciones en público.

El diputado del PSOE por Navarra, Santos Cerdán, dio réplica a Sayas, de quien dijo que "no muestra responsabilidad política al utilizar la tribuna de la Cámara para verter mentiras y dividir a la ciudadanía". "Las críticas constructivas son esenciales en la democracia, pero es intolerable que tilde al Gobierno como un equipo capaz de deshumanizar a las personas fallecidas por el COVID-19 o que describa al presidente de España como un predicador incompetente para sacar adelante nuestro país".

También EH Bildu pidió que el diseño del plan de desescalada de las medidas puestas en marcha para frenar el coronavirus sean responsabilidad de las comunidades, aunque con la debida coordinación. Su portavoz, Mertxe Aizpurua, denunció que los decretos siguen teniendo déficits en el aspecto social y laboral, y que "la vuelta al trabajo se esté haciendo sin la seguridad que debiera porque no hay controles.

Aizpurua dijo que el decreto de alarma tiene "su lado oscuro" con la invasión de competencias de las comunidades y el derribo de un trabajo que ha durado más de cuarenta años.

"No me quiero imaginar al ministro Illa diciendo que en Lekeitio se puede salir a la calle y en Bermeo no"

Portavoz del PNV en el Congreso

"Es muy importante la participación autonómica en la desescalada. Quédese tranquilo"

Presidente del Gobierno español

"Tiene un gobierno de amateurs mal avenidos; sus políticas se han tomado tarde y mal"

Portavoz de UPN en el Congreso