- Las entidades locales van a ser un pilar fundamental en la recuperación de la actividad tras la crisis del coronavirus.

En tiempos en los que el Parlamento foral discute cuánto podrá endeudarse Navarra y piensa de dónde se van a sacar los casi mil millones que la Hacienda Foral va a dejar de recaudar por culpa del virus, ha vuelto a salir al debate político una vieja reclamación de los ayuntamientos: que les dejen hacer uso de sus remanentes de tesorería que acumulan desde que en 2012 las leyes de austeridad obligaron a un estricto control de las cuentas que en ocasiones ha tenido efectos contraproducentes, ya que muchos consistorios han visto con importancia cómo no podían hacer uso de sus propios ahorros en momentos en los que lo necesitaban pese a que cumplían con todas las exigencias de Madrid y Bruselas.

De hecho, los ayuntamientos navarros cuentan con un buen colchón económico que podría servir para paliar, en la medida de sus posibilidades, los efectos que el coronavirus va a tener sobre los servicios públicos y las recaudaciones. La Federación Navarra de Municipios y Concejos (FNMC) calcula que el acumulado ronda los 220 millones, una cifra que habría que sumar a lo que los ayuntamientos dejarán de ingresar por las transferencias de la Comunidad Foral si las opciones de endeudamiento quedan rebajadas y que compondría el total de dinero que dejarían de disponer los consistorios en unos momentos importantísimos para la reactivación económica.

Mientras la Hacienda negocia con el Estado cómo queda la participación de Navarra en el fondo de 16.000 millones y los partidos políticos deciden qué ocurre con las leyes de austeridad en un momento en el que van a ser necesarios todos los euros de la caja, Juan Carlos Castillo, alcalde de Peralta y presidente de la FNMC, recuerda a este periódico que la reclamación de poder hacer uso del remanente de tesorería no es nueva, aunque la crisis del coronavirus quizá la haya hecho “más visible”. “Es absurdo que no nos permitan hacer inversiones: dadas las circunstancias, tenemos que usar todo lo que está a nuestro alcance”, comenta, en conversación telefónica. Lo que pasa es que decidir qué ocurre con las finanzas locales es algo que depende del Estado, y en gran medida también de las directrices de la Unión Europea. “Es el Gobierno central quien tiene que modificar las leyes de estabilidad presupuestaria”, reflexiona.

Estado que, por cierto, ha maquillado su deuda en parte gracias al trabajo de los ayuntamientos, que han destinado a amortizar parte de sus remanentes ante la imposibilidad de hacer otra cosa con ellos. La decisión de cambiar las leyes de austeridad depende del Estado, y la FNMC, también a través de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) se ha manifestado en ese sentido. “Estamos alineados con el Gobierno de Navarra también en este tema”, subraya Castillo, que el pasado 16 de mayo participó en una reunión con la presidenta Chivite para definir el papel que tendrá el ámbito local en la recuperación y en el plan Reactivar Navarra-Nafarroa Suspertu.

Sería algo importantísimo para los ayuntamientos, tal y como opina otro alcalde: el de Lodosa, Pablo Azcona, que además es parlamentario de Geroa Bai y fue, hasta el año pasado, presidente de la FNMC. “En estos momentos en los que va a haber problemas presupuestarios, en los que se dice que van a faltar 800 millones de recaudación, las entidades locales van a tener un papel importantísimo a la hora de paliarlo”, explica Azcona, que insiste también en que se trata de una vieja reclamación. “Mucho antes de la crisis hemos hablado de flexibilizar el superávit e incluso de derogar las leyes de estabilidad presupuestarias. Eso nos permitiría, dentro de nuestras competencias, participar en la reactivación de la que se está hablando”, cree.

“El remanente puede servir para la reactivación de la que se está hablando”

Alcalde de Lodosa y expresidente de la FNMC

“Dadas las circunstancias, tenemos que usar todo lo que está a nuestro alcance”

Presidente de la FNMC