El Gobierno estadounidense anunció ayer sanciones contra el presidente sirio, Bashar al Assad, y contra su mujer en el marco de “una nueva campaña sostenida de presión política y económica” para privar al régimen de los ingresos y el apoyo que le permiten “mantener la guerra y cometer atrocidades masivas contra los sirios”. “Continuaremos esta campaña en las próximas semanas y meses contra personas y negocios que apoyen al régimen de Al Assad y obstruyan una solución política y pacífica al conflicto”, prometió Pompeo, asegurando que las sanciones no cesarán “hasta que Al Assad y su régimen cesen su brutal e innecesaria guerra contra los sirios” y accedan a una “solución política”.