- Urkullu reveló ayer que la exclusión unilateral de la CAV del fondo de 5.000 millones -lo mismo que le ha pasado a Navarra- le ha producido un enfado de "diez" en una escala sobre diez. En una entrevista en Onda Cero, Urkullu exigió que convoque la Comisión Mixta para respetar el carácter pactado de las relaciones financieras con los regímenes forales. Le ofreció, incluso, una posibilidad para negociar: está dispuesto a asumir que la CAV no participe en el reparto de los 5.000 millones para compensar la caída de ingresos en la recaudación y el transporte público, pero exige una compensación en el límite de deuda y déficit que vaya más allá de lo simbólico o de un premio de consolación. Por los 11.000 millones de sanidad y educación, el Gobierno vasco calcula recibir algo menos de 600 millones, una cifra que está negociando el consejero Azpiazu porque no la ve suficiente. Por los 5.000 millones, la CAV esperaba recibir unos 200 millones, pero ha quedado excluido.

El Boletín Oficial del Estado publicó ayer el decreto del fondo, que incluye una disposición adicional primera donde se reconoce que la participación de la CAV y Nafarroa en los tres primeros tramos "se establecerá" en la Comisión Mixta del Concierto y del Convenio. Añade que la cobertura por la caída de ingresos "se determinará en términos de déficit y deuda" también en la Comisión Mixta.

Esta negociación se está moviendo a varias bandas, con la ejecutiva del PNV y el portavoz jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban. El decreto del fondo debe ser convalidado en el Congreso, quizás a mediados de julio, y el PNV no lo apoyará si no se reúne antes la Comisión Mixta. El malestar es real y Sánchez está abriendo otra grieta con un partido cuyos seis votos son necesarios.

En la entrevista, el lehendakari aseguró que ha enviado comunicaciones al presidente español para que aborde el asunto en la Comisión del Concierto, respetando la singularidad foral. Planteó que Euskadi sea compensada por no participar en el cuarto tramo. "No he recibido respuesta", dijo. Mantuvo su exigencia de que se celebre una "reunión urgente de la Comisión Mixta", que ya en marzo quedó comprometida para el primer semestre. Avisó a Sánchez de que "la confianza se demuestra con hechos".

El problema que ve el lehendakari es que el resto de comunidades autónomas van a tener dos mecanismos para compensar la caída de ingresos: el fondo, y probablemente también los límites de deuda y déficit. A Euskadi solo le quedaría la deuda y el déficit, de ahí que no le valga cualquier cifra. La recaudación también ha caído en suelo vasco (se calcula que el Gobierno vasco perderá 2.000 millones).

Es cierto que Euskadi recauda sus propios impuestos y tiene un sistema de riesgo unilateral, pero también es verdad que contribuye a la solidaridad con otras comunidades con el pago del Cupo. La Ley del Cupo establece en su artículo 11.4 que los nuevos compromisos de financiación que asuma el Estado los debe pactar en la Comisión Mixta. Urkullu no había recibido ayer una respuesta de Sánchez, que parece que ya no está en la relación directa con los gobiernos autonómicos tras haber soltado amarras del mando único. Urkullu espera un impulso político.

Sobre la conferencia de presidentes, estará en la cita de julio si es solo un cierre de ciclo del estado de alarma pero, "si es para otras cuestiones, habrá que analizar". Sobre la reconstrucción vasca, rechazó subir los impuestos de Sociedades o IRPF en un momento de caída de actividad.