- El PNV ganó ayer con holgura las elecciones de la Comunidad Autónoma Vasca y se asegura repetir al frente del Gobierno Vasco mediante una alianza con el PSE mucho más plácida que en 2016, cuando la suma de ambas fuerzas se quedó a un escaño de la mayoría absoluta.
Las sorpresas se produjeron en el resto de fuerzas políticas. La primera, por la más llamativa, la de la subida de EH Bildu, que pasa de 18 escaños a 22 con más votos y más porcentaje de apoyo en los tres territorios históricos -ganan un escaño en cada provincia- a pesar de la caída de la participación. El partido de Arnaldo Otegi, con Maddalen Iriarte como candidata principal, continúa optimizando la ola de buenos resultados y se consolida en el segundo puesto. Lo que ocurre es que se puede hablar de una subida estéril, ya que pese a la mejora de los resultados, EH Bildu no va a tener mayor protagonismo en la vida política de la CAV una vez que la mayoría de Gobierno va por otro lado. Queda, eso sí, una reflexión llamativa: tanto el PNV como EH Bildu, los dos partidos de corte netamente soberanista del Parlamento Vasco, crecen y juntos suman más del 67% del total.
Sensación agridulce puede quedarle al PSE, que ha visto como ha sido incapaz de levantarse después del golpetazo electoral que se dio en 2016, cuando la irrupción de Elkarrekin Podemos le robó prácticamente la mitad de los votos. Todo parece apuntar que se ha diluido el efecto Sánchez que sí benefició a las comunidades que se examinaron en mayo de 2019, y todo parece indicar que la gestión del Gobierno central en la crisis del coronavirus no ha tenido impacto, ni para bien ni para mal, aunque bien es cierto que son contextos distintos.
Pero le ha ido a Elkarrekin Podemos. Las idas y venidas de la formación morada en la CAV y la pérdida de empuje de los de Iglesias -que fueron quienes se impusieron en las primarias- les pasan factura.
Otro de los grandes perdedores de la noche es Pablo Casado, en la medida en la que su coalición de PP y Cs con Carlos Iturgáiz al frente -en detrimento de Alfonso Alonso, más querido en la CAV- se queda en 5 escaños, cuatro menos que en 2016. Los populares, que meten por primera vez a los antiforalistas de Ciudadanos en la Cámara vasca, pierden apoyos e influencia, ya que los resultados entierran cualquier influencia de la derecha española.
Precisamente, por es parte quien ha dado la campana ha sido Vox. El partido de Santiago Abascal logra entrar al Parlamento Vasco con un escaño por Álava, con poco menos del 4% del apoyo que permitirá a la formación de extrema derecha tener una cabeza de puente en la CAV.
47,15 %
Ocurre desde 2001: los comicios pasan y cada vez menos personas van a votar. La participación hace veinte años era del 79,8%; ayer, se quedó en el 52,86%. No es achacable solo al coronavirus, sino que refleja una caída sostenida en el tiempo que hace pensar en un paulatino desenganche de la política, aunque el dato de abstención, cercano al 47%, es casi siete puntos mayor que en 2016.
38
La suma de los escaños de EH Bildu (22), PSE (10) y Elkarrekin Podemos (6), suman justo 38 votos, mayoría absoluta. Una suma alternativa que no se producirá, pero que arrojan las elecciones.
67%
La suma de PNV y EH Bildu, los dos partidos soberanistas, crece y ya supone el 67% del total de todos los votos.
4
Es el partido que más sube: suma cuatro escaños más, pasa de 18 a 22; gana voto y porcentaje en todos los territorios pese a la abstención. El reparto concreto es de tres escaños más en Bizkaia; uno en Álava; y se queda igual en Gipuzkoa.