- El PP colocó ayer el último ladrillo del dique de contención que ha levantado contra el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos, al que no dará ni agua en lo que resta de legislatura. Es lo que se tradujo de la reunión que mantuvieron en Moncloa el presidente español, Pedro Sánchez, y el presidente del PP, Pablo Casado, con la que el primero inició su ronda de contactos con los partidos de cara a aprobar los presupuestos de 2021 y a renovar instituciones como el CGPJ, el Tribunal Constitucional, el Consejo de RTVE o el Defensor del Pueblo. La respuesta de Casado fue negativa y la excusa que esgrimió fue que la presencia de Unidas Podemos en el Ejecutivo de coalición imposibilita cualquier acercamiento del PP.

Según él, el líder de la formación morada, Pablo Iglesias “está en una petición de cambio de régimen constitucional, han pedido que el rey abdique y que haya un referéndum sobre la monarquía, y así empezamos muy mal”, señaló en una rueda de prensa tras la reunión de dos horas. Explicó que el PP no negociará con un Gobierno en el que uno de sus miembros aboga por un referéndum de autodeterminación en Catalunya, trata a EH Bildu como un interlocutor político y, lo que es más grave a su juicio, está imputado por financiación irregular.

“La pelota está en el tejado de Pedro Sánchez para ver qué hace con Podemos”, advirtió Casado. Sugirió además que, si el PSOE decide romper la coalición de gobierno, podría gobernar en minoría alcanzando acuerdos parlamentarios con el PP en “temas básicos” como la sanidad o la educación. De este modo, el cierre de filas del PSOE y Unidas Podemos para pilotar de forma conjunta la negociación de las cuentas ha cerrado la puerta a la participación del principal partido de la oposición. Sánchez continuó su ronda por la tarde con la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, quien le trasladó su “voluntad real y firme” de negociar las cuentas pese a la presencia de Podemos.

Con su posición de ayer, Pablo Casado completó el proceso que inició cuando destituyó a Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz en el Congreso: erigirse en alternativa de gobierno presentando para ello sus credenciales en cuanto a capacidad de gestión, y no servir en ningún caso de muleta del Ejecutivo de coalición. Como único punto positivo del encuentro de ayer -el primero entre Sánchez y Casado desde el pasado 18 de febrero-, el presidente del PP destacó que el líder socialista aceptó estudiar su propuesta para crear una Agencia Nacional para la Recuperación Económica de España, un órgano independiente para evitar “la discrecionalidad y el clientelismo” en la asignación de las ayudas frente a la crisis.

Sin embargo, la respuesta oficial de Moncloa, que llegó poco después por boca de la portavoz y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, fue todo menos conciliadora. Definió dicho órgano como “accesorio” y “absolutamente instrumental” porque lo importante es decidir la orientación de los presupuestos, incluyendo los fondos europeos. Tachó además de “ofensivo” el argumento del PP para proponerlo, impedir que el Gobierno se deje “arrastrar por los lobbies”. Montero calificó el balance de la reunión de ayer de “decepcionante” y acusó a Casado de “darle la espalda al diálogo” y de tener una actitud obstruccionista.

Presentación conjunta. Hasta tal punto llega la unidad de acción en el seno del Gobierno de coalición de cara a sacar adelante los presupuestos de 2021, que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias presentarán juntos el proyecto cuando esté listo en un acto público. Así lo desveló ayer Iglesias, que añadió que el borrador en el que trabajan la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez (Podemos), puede estar cerrado “a finales de septiembre”.