ice el diccionario que construir es hacer algo utilizando los elementos adecuados. Foro Social lleva tiempo queriendo contribuir a la construcción de la convivencia democrática en Navarra desde el diálogo, la escucha y la participación. Ayer en la sala Gola de Baluarte, ante medio centenar de espectadores, emplazó a dos filósofos y a una cineasta a analizar las oportunidades y dificultades en esta crucial cuestión. Daniel Innerarity, Helena Taberna y Jorge Urdánoz dialogaron sobre la necesidad de acordar entre diferentes, de afrontar problemas postergados, o de tener la capacidad de encontrar matices y de empatizar con el sufrimiento ajeno, capacidad emocional esta última básica para asumir lo que ha ocurrido.

Intervino primero Daniel Innerarity, con un planteamiento teórico que ha divulgado en los últimos años. “Si hay tantos actores políticos incapaces de llegar a los acuerdos necesarios es porque han descubierto que resulta mucho más confortable gestionar la intransigencia que la cesión”. Para este pensador, “el éxito de las negociaciones con el adversario, en la medida en que implican alguna cesión o renuncia, es más difícil de comunicar que su fracaso”. Ello da lugar a una polarización y estancamiento de la vida política, lo que a su vez genera negación de los problemas o postergación de la soluciones. Una “vetocracia”, donde el bloqueo beneficia a los partidarios del statu quo, pues como viene advirtiendo este catedrático “los desacuerdos son más conservadores que los acuerdos”.

Jorge Urdánoz dirigió su exposición a la necesidad de distinguir entre los conceptos de justicia y venganza. Llamó a “evitar la venganza, admirar el perdón moralmente pero sin exigirlo políticamente, y exigir la justicia para todos”.

Denunció el recorrido jurídico de la Ley Foral de Reconocimiento y Reparación de las Víctimas por actos de motivación política provocados por grupos de extrema derecha o funcionarios públicos, aprobada por el Parlamento de Navarra. El grueso de dicha ley quedó anulado por el Tribunal Constitucional. “Lo que significa esa derogación es que jurídicamente esas otras víctimas no existen. Eso es terrible”, afirmó este profesor. “Es muy difícil decir que se hace justicia cuando te ocupas de no reconocer a determinadas víctimas”, sentenció también. Para Urdánoz existe “un maniqueísmo muy peligroso”, y puso como ejemplo la reciente polémica surgida por el cartel de la serie Patria, de HBO. “Joxe Mari, el etarra protagonista, es un verdugo cuando ejecuta y comete actos terroristas, pero es una víctima cuando está en comisaría torturado. Y los policías por supuesto que son víctimas cuando son asesinados, pero pueden hacer actos de verdugos si torturan o asesinan”.

Por último, la cineasta Helena Taberna hizo una intervención más personal recordando su pasión por el cine y la capacidad de este de emocionar a los espectadores. Su ópera prima fue en el año 2000 con Yoyes, y posteriormente rodó películas como Extranjeras, La Buena Nueva, Nagore o Varados. “Yo admiraba lo que estaba pasando en Irlanda, donde los cineastas eran capaces de construir historias enormemente hermosas pero que a la vez concitaban cierta reflexión, debate y transformación social”.

Las exposiciones acabaron con un turno de preguntas que arrancó con las dificultades y las oportunidades que ofrece el escenario navarro para trabajar por la convivencia. Urdánoz, ve “la botella medio llena”. “En los últimos veinte años hemos avanzado muchísimo”. “Creo que lo estamos haciendo bien, y que los obstáculos van desapareciendo”, reflexionó. De algunos de esos obstáculos habló un poco antes. “Hay un sector que es como autista para estas realidades”, señaló, pensando en quienes no asumen que hubo torturas, por ejemplo. “Hay cierta incapacidad emocional de asumir lo que pasó. Si la sociedad española, y la navarra, abriera los ojos, si viera que fueron ciertas determinadas cuestiones que sí ocurrieron, se darían pasos”, lanzó.

Otro obstáculo lo señaló Innerarity: “En Navarra hay que acabar con la idea del enemigo interior”. “Aquí no hay buenos y malos navarros, no hay gente que respeta Navarra y otros que se la quieren cargar”, consideró. “Hay diferentes versiones, y nos gustarán más o menos. Pero yo veo una asimetría muy grande entre quienes no comparten una visión de Navarra y quienes la ven directamente ilegítima”. Entre las oportunidades, costó concretar una, pero Urdánoz vio que “esta legislatura en la que estamos, inicialmente, es una oportunidad mejor que otras anteriores para este tipo de iniciativas”.

Las preguntas fluyeron y tomaron otros derroteros: política penitenciaria o censura económica de algunos relatos en el cine (algo que sigue existiendo, tal y como apuntó Taberna). Hasta llegar al relato, concepto tan manido y equívoco. “Hay un relato de historiadores, en el que no habrá muchas variaciones. Otro de medios, que puede estar más en la bronca. Y luego hay otro privado, donde se contarán historias de todo tipo”, dijo Innerarity, que puso un ejemplo. El relato oficial sobre el franquismo no va a permitir apologías de los golpistas. “Eso es lo importante”, por más que por ejemplo “en ciertos hogares del barrio de Salamanca” se hable de Franco como un gran español”, “barbaridades” que puedan persistir pero ya en el terreno de la intimidad.

“La sociedad, cuanto más polarizada está, menos capacidad de transformarse tiene”

Filósofo

“Tengo la sensación de que el proceso de paz de Irlanda no hubiese sido tan rápido sin cine”

Cineasta

“Hablar de víctimas y verdugos, de buenos y malos, es un maniqueísmo peligroso”

Filósofo