El Gobierno foral llega este miércoles a la sesión en la que va a aprobar el anteproyecto de Presupuestos Generales de Navarra con el acuerdo con EH Bildu más que encauzado. El Ejecutivo de Chivite mantuvo ayer una nueva ronda de contactos con los grupos de oposición, de los que depende la aprobación de las Cuentas para 2021, de la que salió con la sensación de haber dado pasos y acercado posturas con los soberanistas, con los que ya se acordaron los Presupuestos para este año. De la misma manera, la sintonía programática y por la izquierda choca con Navarra Suma, con la que ayer volvieron a retomarse los contactos tras dos semanas de silencio. Y la reanudación de las conversaciones no ha hecho sino evidenciar que la actitud de exclusión de la derecha y sus vetos negociadores, además de varias exigencias importantes en materia fiscal, hacen prácticamente imposible un acuerdo para los Presupuestos de 2021.

No obstante, ayer no se cerró ningún acuerdo con EH Bildu. Quedan todavía aspectos que abordar y lo que sí ocurrió es que las posturas parecen encauzadas y decididas al acuerdo, que ya no sería a 23, sino que contaría con margen suficiente para salir adelante. Gobierno y soberanistas comparten la necesidad de que los más de 200 millones de incremento con los que cuenta el techo de gasto se destinen a inversión social, a reforzar todas las áreas que se han visto especialmente afectadas por los estragos del coronavirus, como la sanidad. Pero siguen discrepando en algunas medidas fiscales concretas que EH Bildu puso encima de la mesa el pasado 13 de octubre, en el transcurso de la primera reunión con el Gobierno, y por las que todavía tienen que seguir las negociaciones. Los soberanistas piden que se revise el sistema de bonificaciones empresariales, a su juicio poco eficiente, mientras que el Gobierno cree que no es momento para tocar demasiado a las empresas. Las conversaciones continuarán, pero ya con un principio de acuerdo encima de la mesa a falta de cerrar flecos.