- La reducción diaria de los nuevos casos positivos y la expectativa, cada vez más cercana, de una vacuna elevan el optimismo ante una progresiva recuperación de la normalidad. Una normalidad que sin embargo seguirá condicionada todavía durante varios meses por las medidas sanitarias, pero también por las heridas sociales y económicas que va a dejar la pandemia, y que serán de largo recorrido.

Así lo asume ya el propio Gobierno de Navarra, que prevé una recuperación económica "larga", con el riesgo de dejar "cicatrices de difícil curación" si no se toman "medidas extraordinarias". "Aunque las consecuencias finales de esta crisis en términos económicos son aún inciertas, y dependen en gran medida de la evolución epidemiológica del virus, está claro que las heridas pueden ser graves, especialmente en los sectores y colectivos más afectados por las normas que requiere el control sanitario de la pandemia", relata el último informe sobre la situación y perspectivas de la economía de la Comunidad Foral.

El documento, que acompaña al proyecto de Presupuestos que tramita ya el Parlamento -este jueves se debate la enmienda a la totalidad de Navarra Suma-, hace un análisis detallado de la coyuntura económica de Navarra en el último año, así como para los próximos meses. Y las perspectivas no son buenas. "La recuperación se prevé larga y requerirá de medidas extraordinarias para evitar que la covid-19 deje cicatrices económicas y sociales de difícil curación", concluye el análisis, que ha servido de base para elaborar el techo de gasto y la capacidad de inversión pública en 2021.

Hacienda constata así que a partir del levantamiento del Estado de Alarma se ha ido restableciendo la actividad económica "a un ritmo muy contenido", fundamentalmente condicionado por las normas de distanciamiento social y las restricciones de movilidad que se mantienen sobre todo tras el verano. "Sin embargo, el repunte en la curva de contagios ha debilitado el avance en los últimos meses", apunta el informe de Hacienda, que destaca que "la rapidez con la que se está expandiendo el virus en la segunda ola ha obligado al Ejecutivo foral a adoptar de nuevo restricciones que podrían significar una desaceleración del ritmo de crecimiento en el cuarto trimestre".

La incertidumbre económica marca por lo tanto las perspectivas económicas de los próximos meses, para los que el Ejecutivo foral ha previsto un repunte de la economía del 6,5% y del 1,8% en el empleo. Expectativas optimistas que se han visto refrendadas por los últimos datos de la recaudación. Hasta el 30 de octubre la Hacienda Foral había ingresado un 8'2% menos que en el mismo periodo del mismo anterior. Una caída sin precedentes, pero lejos del 20% que se llegó a temer en mayo, y por debajo también del 13,3% que se prevé para el conjunto del ejercicio.

Queda por testar todavía el efecto que han tenido las últimas medidas, fundamentalmente el cierre de bares y restaurantes a finales de octubre, y cuyo impacto se va a notar sobre todo este mes de noviembre. De la evolución de la pandemia va a depender también la continuidad de las medidas aprobadas a lo largo de diciembre, para cuando se espera una progresiva reapertura de la hostelería.

Demasiados interrogantes que invitan a la prudencia. Porque no hay más margen de deuda que la ya proyectada, y el impacto presupuestario de las medidas está siendo mayor de lo previsto -se han duplicado las ayudas a la hostelería hasta los 20 millones-. No obstante, Hacienda de momento mantiene la previsión de ingresos elaborada a principios de octubre, que incluso confía en mejorar gracias a los nuevos impuestos que tiene previsto aprobar el Gobierno central, y que afectarán positivamente a Navarra.

La rápida recuperación económica vivida tras la primera ola hace confiar además en un repunte rápido conforme se vaya normalizando la situación a lo largo de 2021. Un año en el que todavía se va sentir de forma importante la crisis económica que va dejar como legado esta histórica pandemia.