- La críticas que distintos líderes de Ciudadanos vienen haciendo públicamente contra el régimen foral han aguado la estrategia de UPN con motivo de del Día de Navarra. Pero no solo. También han puesto en evidencia su doble discurso sobre la foralidad, tan crítico con el nacionalismo vasco como benevolente con Ciudadanos. "Tenemos firmado el respeto a los derechos históricos del antiguo Reino de Navarra. Por lo tanto, desde ese punto de vista, ninguna duda", trató de zanjar ayer Esparza.

La polémica sin embargo persigue al líder de UPN desde que firmó el acuerdo de coalición con Albert Rivera en marzo de 2019. Ayer mismo, la nueva presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, advirtió de que si en España se abre un debate sobre la armonización fiscal, "luego no se cierra", en alusión a los sistemas forales de Navarra y la CAV. La líder del partido naranja puso además en duda el cálculo del Cupo y su "falta de transparencia". Una crítica que no quiso hacer sobre Navarra, pero que sí han planteado estos últimos días destacados dirigentes de Ciudadanos. Y que previsiblemente seguirán haciendo en los próximos semanas.

Este es un debate recurrente que vuelve ahora con fuerza en los días previos al Día de Navarra. Una festividad que UPN quería aprovechar para atacar al PSN por su alianza con el nacionalismo vasco y criticar los acuerdos con quienes "quieren que Navarra desaparezca". Con ese objetivo había presentado Navarra Suma en el Parlamento una declaración institucional, en la que apelaba al artículo 1 del Amejoramiento, en el que se subraya que Navarra es una comunidad "con régimen, autonomía e instituciones propias, indivisible e integrada en la nación española".

La propuesta llevaba implícito un objetivo político claro, y solo contó el apoyo del PSN. "Hemos votado en contra por su terminología absolutamente rancia y obsoleta", explicó la portavoz de I-E, Marisa de Simón, que particularmente apostó por una Navarra que "desde su autogobierno forme parte de una futura república española". Geroa Bai y EH Bildu ni siquiera entraron en la discusión pública. Suficiente en cualquier caso para que Javier Esparza volviera a anunciar ayer la desaparición de Navarra. "El principal riesgo que tiene el régimen foral es el nacionalismo vasco", enfatizó

El problema de Navarra Suma, más concretamente el de UPN, es que el dramatismo de sus palabras vuelve a quedar en evidencia cada vez que responde con tibieza a su socio de coalición, Ciudadanos, el único partido que pública y explícitamente está reclamando la supresión de la autonomía tributaria. Algo a lo que el líder de UPN restó importancia ayer porque "periódicamente" hay declaraciones de "diferentes representantes de formaciones políticas" contra el régimen foral. Y aunque no le falta razón -en esa línea han incidido recientemente el presidente de la Comunidad Valenciana o el de Aragón, ambos del PSOE-, no oculta el hecho de que una parte de Navarra Suma está cuestionando el pilar central de la autonomía navarra, su régimen fiscal.

Esparza sin embargo defiende que las críticas de Ciudadanos son un tema menor porque "estas afirmaciones no son de formaciones sino de representantes políticos" y su partido las ha "rechazado siempre y todas". Y que el riesgo está en "el nacionalismo y del independentismo vasco" porque "quieren que Navarra deje de ser lo que es y desaparezca". El líder de UPN incidió incluso en que su partido es el "único al que nadie le ha escuchado estar en contra del régimen foral".

El discurso histórico del regionalismo foral queda lastrado así por una alianza que acaba cuestionado el fondo de un mensaje que trata de patrimonializar la idea de Navarra con un interés partidista. Algo que subrayó ayer el portavoz socialista, Ramón Alzórriz, que recordó a Esparza que "A Navarra se le defiende con hechos, no con declaraciones". "Se le defiende con la aprobación de unos presupuestos que mejoran la vida de la gente, palían sus necesidades y traen mas de cien millones para vertebrar y cohesionar el territorio y defender nuestros valores sociales", replicó el dirigente socialista.

Valencia y Aragón. Las de Ciudadanos no son las únicas voces que han puesto el foco en el régimen foral estos últimos días. El debate abierto entorno a la armonización fiscal han puesto muchas miradas en Navarra y en la CAV, cuyo sistema financiero han cuestionado por poco transparente algunos presidentes autonómicos socialistas. El valenciano Ximo Puig, por ejemplo, defendió ayer que "no puede haber opacidad en la aportación". "No digo que se cuestionen las haciendas forales, pero sí transparentar lo que aporta cada uno a la causa comunitaria", argumentó. En esa línea, el presidente aragonés, Javier Lambán, apostó "de forma decidida por la armonización fiscal". "No nos parece admisible que existan diferencias abismales en los impuestos autonómicos entre comunidades autonómicas. Y en ese debate habrá que hablar de la potestad que tienen País Vasco y Navarra para modular el impuesto de sociedades", apuntó.

"El principal riesgo para el régimen foral es el nacionalismo vasco, no Ciudadanos"

Portavoz de Navarra Suma

"Navarra y su régimen foral se defienden con hechos, no solo con declaraciones públicas"

Portavoz del PSN