- "En mi familia no había vocación política, yo tenía el gusanillo de servicio público desde joven, porque vengo del ámbito sindical en la empresa donde trabajaba, con 300 personas en plantilla". Alzórriz llegó a ser presidente de aquel comité, y una compañera y amiga le puso en contacto con el entonces alcalde de Burlada, Pepe Muñoz, que le propuso pasar a la política municipal. "Todos los partidos necesitamos gente, y como yo era una persona incisiva, comprometida y de ideas progresistas y de izquierdas, me propuso ir en su lista. En un principio le dije que no, que bastante tenía con estar en el comité de mi empresa. Al final me volvió a proponerlo, y ya le dije que sí. Ahí empezó mi andadura política, en 2007". Alzórriz reconoce que "es muy complicado que la gente quiera dar pasos para participar en política. Cuando tomas posiciones y decisiones, tienes a medio pueblo en frente, y eso no gusta a nadie. Hay que tener valentía, ganas de cambiar las cosas. Muchas veces la política está denostada, pero ayuda a cambiar las cosas, y los partidos estamos deseando que la gente entre a participar y a presentarse en listas".