l Foro Social prosigue su trabajo reflexivo en torno a una convivencia democrática en este año en el que se cumplirá el décimo aniversario del anuncio del cese definitivo de la violencia de ETA, y en el que el Gobierno de Navarra está trabajando sobre un Plan de Convivencia participativo en el que el propio Foro Social ha realizado su aportación. A lo largo de marzo, este colectivo ha lanzado un ciclo de cuatro encuentros durante los cuatro primeros martes de este mes, apuntando a diferentes sectores sociales que pueden tener un papel activo en la mejora de la convivencia.

La primera mesa redonda tuvo lugar el 2 de marzo en Donostia, sobre la convivencia y los medios de comunicación. La segunda se desarrolló ayer en Iruña y puso en el foco en una institución tan grande, plural y a menudo tan contradictoria como la Iglesia. Fue la antesala del coloquio que se celebrará la próxima semana en Gasteiz, centrado en la cultura.

Por el número de creyentes, escolares en sus centros educativos, y consumidores de sus medios de comunicación, la Iglesia, más allá de cuestiones morales, sigue siendo un actor social de primer orden para el fomento de una convivencia basada en los derechos humanos. El acto promovido por el Foro se celebró en un céntrico hotel pamplonés ante una treintena de personas, cumpliendo las medidas de seguridad que impone la covid. También se pudo ver en directo por YouTube, donde también se puede encontrar grabado el coloquio completo en el canal del Foro Social. Los participantes, dos miembros de comunidades cristianas y un sacerdote navarro, explicaron sus vivencias en torno a la convivencia en años donde la violencia imponía su horror. En un contexto además -como recordó Juana Indurain, miembro de comunidades de base- con relatos "muy polarizados y excluyentes". Esta representante llamó a al "respeto, la misericordia, el cuidado y el acompañamiento al que sufre", y apostó por un "discurso inclusivo necesario si queremos construir ese espacio de encuentro para resolver el conflicto".

En línea similar, Myriam Aranzadi, de Comunidades de Vida Cristiana, reflexionó sobre la "reconciliación" desde el respeto a la dignidad humana y la necesidad de sanar heridas, coincidiendo en que "el conflicto aún no está resuelto". Para esta ingeniera de profesión, la "reconciliación es un proceso de restauración a partir del reconocimiento del daño causado, la superación de sus consecuencias y la creación de una nueva relación". Según Aranzadi, además de promover espacios de diálogo, la Iglesia tiene que asegurarse de que "pueda existir la autocrítica".

El tercero en intervenir fue el sacerdote Mikel Garciandia, capellán de San Miguel de Aralar, que ha participado en encuentros con víctimas de distinto signo en un centro de espiritualidad que dirige en el Monasterio de Zamartze, en Uharte Arakil. Garciandia recordó asimismo la necesidad de no cerrar en falso la herida existente. "Estamos hablando en un plano prepolítico o moral", apuntó. Garciandia ve aún incapacidad en la sociedad navarra para afrontar la verdad, y observa la pervivencia de una dinámica de confrontación. Este sacerdote, de Etxarri Aranatz, recordó a Jesús Ulayar, exalcalde del pueblo. "Sentí físicamente el miedo de gente como él, asesinado más tarde a manos de otros hijos del pueblo, y cuya memoria aún es humillada, porque donde fue abatido a día de hoy todavía hay unos contenedores de basura por todo recuerdo. "Reconozco que a veces me dejé llevar del miedo y del qué dirán", añadió, y recordó también "el contraste de ser tachado de español en Etxarri y de sospechoso vasquista en Pamplona". Ese miedo lo volvió a sentir "años más tarde en José Javier Múgica", concejal de Leitza en sus primeros meses en los que Garciandia ejerció de sacerdote en aquel pueblo. "También fue asesinado brutalmente junto a su casa", rememoró. Garciandia considera que "desandar el camino de la violencia por parte de ETA es "parcial", porque queda un camino largo "hacia el honesto y veraz reconocimiento del mal causado, y no como un mero fallo estratégico, sino como una ofensa de lesa humanidad". Este cura, que se mostró esperanzado en el papel que pueden jugar las generaciones más jóvenes desde su experiencia de que escuchan más que los ad ultos, advirtió que las identidades cerradas son "peligrosas porque bloquean cualquier enmienda a nuestra vida". Apostó por entre todos "dar la voz a los sin voz, en este caso a todas las víctimas, sin instrumentalizarlas ni ningunearlas". También se apoyó en el papa Francisco, y su encíclica sobre la amistad social, con sus palabras en favor de una "memoria íntegra y luminosa" para poder evolucionar. Preguntado por el papel actual de los medios de comunicación de la iglesia, este sacerdote asumió un déficit. "Tienen el mismo problema que tenemos en general en la Iglesia, que no somos capaces de generar una auténtica cultura cristiana. Vamos a rebufo de lo que dicta la política, la economía, la cultura. La Iglesia está pendiente un discurso propio", remachó. "Lo que tenemos ahora es la manifestación de esa pobreza que tiene hoy".

Encuentro. Precisamente este martes, el Gobierno de Navarra y la Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT) acordaron desarrollar un trabajo conjunto a partir de un convenio de colaboración. La presidenta del Gobierno foral, María Chivite, se reunió con el presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Tomás Caballero, y la directora gerente de esta entidad, Ana Torrente. El convenio comenzará a elaborarse tras este primer contacto institucional y se redactará técnicamente entre la Dirección General de Paz y Convivencia y la Fundación. Este encuentro se enmarca en una ronda de contactos de la FVT con los presidentes autonómicos, con primera escala en Pamplona. Caballero trasladó a Chivite las materias en las que están trabajando. La presidenta expresó "el compromiso del Ejecutivo foral con las víctimas del terrorismo y la voluntad de seguir avanzando en la labor que ya viene desarrollando el Gobierno desde el respeto, la memoria, la justicia y la reparación".

"A ETA le queda un largo camino hacia el honesto y veraz reconocimiento del mal causado"

Sacerdote y vicario episcopal

"Deberíamos contribuir con un talante conciliador, dialogante y posibilitador"

Miembro de comunidades de base

"Partamos del respeto de la dignidad humana, la aceptación del pasado y del presente"

Comunidades de Vida Cristiana