La nueva coordinadora de Podemos Navarra, Begoña Alfaro, se enfrenta al cargo con el reto de ser "firme y leal" en la defensa de las ideas "originarias" de su partido para superar "cierto desapego" que reconoce en la calle, para lo que ve en la "presión" una herramienta política en la que apoyarse.

Alfaro achaca ese desapego, que "parece ser el sentir general", al "acceso a las instituciones" y "la conciliación con unas líneas políticas determinadas", dice en una entrevista con Efe, en la que apunta que "muchas veces en una institución, cuando además conformas espacios de coalición, se pueden llegar a producir o trasladar discrepancias", una "cuestión a trabajar".

El punto de partida para hacerlo es "ser firmes y leales a las ideas originarias de Podemos", lo que significa que "habrá compañeros que en las instituciones podrán adaptar el discurso con un matiz determinado, pero desde el partido podemos y debemos permitirnos hacer presión y fuerza para conseguir que esas políticas fundamentales se lleven adelante".

Una manera de proceder que, según Alfaro, "va a facilitar el trabajo" de los representantes institucionales de Podemos porque, de una parte, "se van a sentir respaldados desde un espacio que se puede permitir mayor libertad de actuación" y, de otra, "permitirá mantener la lógica coherencia que tiene que haber entre esas líneas fundamentales y el trabajo que se realiza para ponerlas en práctica".

Asegura en este sentido que el acuerdo programático firmado para la formación del Gobierno de Navarra "es en su práctica totalidad acorde con las líneas programáticas de Podemos pero hay que hacer un seguimiento y presión para que se ponga en práctica", ser "ambicioso y valiente para que se cumpla".

"En esas estamos", asegura, y avanza como plan de trabajo para después de Semana Santa la necesidad de "coordinarnos total y absolutamente con los compañeros del Gobierno y el Parlamento", lo que implica "marcar líneas fundamentales de actuación, las banderas y los pilares en los que se va a trabajar en el ámbito institucional".

Unas ideas que se propone trabajar también en los territorios para "ensanchar espacios" consciente de que ahora el margen de maniobra de Podemos en el Parlamento es el que le da su representación, aunque Begoña Alfaro también advierte de que "en determinadas cuestiones podemos ser más duros de lo que hemos sido hasta ahora".

Y añade que "se puede ejercer presión de muchas formas" y de hecho recuerda que ella viene "de la militancia activa en la calle" y su experiencia le indica "que desde la calle y los espacios sociales también se marca agenda política y se han conseguido victorias institucionales".

"No se trata de asustar a nadie" sino de mostrar que hay distintas formas de hacer "una presión bien entendida, de reivindicar una política o una medida concreta", aclara, y agrega que en su opinión "los socios del actual Gobierno de Navarra han sido bastante sensibles a las reivindicaciones de la calle cuando esa calle se ha organizado y trasladado un mensaje claro, por eso creo que podemos incidir".

Un reto que se pude ver fortalecido si fraguan lo que llama "alianzas estratégicas" con formaciones de izquierdas, que "no es un reparto de cromos cuatro días antes de las elecciones hecho en los despachos porque eso no da resultado" y "no podemos repetir errores", por lo que "no nos debemos limitar" a un concurrencia unida en la urnas "ni ese puede ser el objetivo final".

De ahí que pretenda "desde ya, y al margen del horizonte electoral, generar espacios de trabajo conjuntos, compartidos y permanentes para tejer confianza, la única forma de trabajar en equipo y poder generar un bloque social y político que vaya más allá de una fecha determinada", algo que tras una primera reunión con IU y Batzarre, los "socios naturales", ve "posible y relativamente sencillo" sin que ello suponga cerrarse a otros espacios.

Alfaro se muestra también "optimista" a la vista de las reacciones tras el proceso que le ha llevado a la coordinación de Podemos, y es que "la respuesta es buenísima tanto de militantes como de personas ajenas a la estructura del partido pero que han sintonizado, lo que se corresponde con el sentir general que palpábamos antes de las primarias".

Con tres candidaturas en liza y el aval último de más del 65% de los votos, no quiere interpretar que estos resultados impliquen un deseo de la militancia de romper con el pasado sino que es "una voluntad de reiniciar sin olvidarnos de todo lo sucedido y aprendiendo de todo lo sucedido, de volver a ser lo que fuimos. Retomar lo que fuimos para ser mejores en lo que hacemos hoy".

Con estas ideas tiene claro que la nueva dirección de Podemos que lidera debe seguir dos líneas de trabajo al mismo tiempo, una fuera y otra dentro del partido.

Con la primera se trabajará en la calle y con los colectivos sociales para conocer sus reivindicaciones y sus necesidades y que éstas "marquen la agenda del partido en las instituciones", aunque ya adelanta que los contactos serán "discretos" para respetar el "apartidismo" cuando así se plantee.

Dentro de la estructura de Podemos pretende llevar a cabo una tarea que permita reforzar el territorio y para ello "lo primero serán los círculos activos, poquitos, para ponernos a su disposición y estar con ellos, porque no puede ser que los militantes estén en los territorios trabajando solos".

Un comentario que no es un reproche a nadie porque "no es una dejadez deliberada" sino que "es dificilísimo gestionar un partido que en 7 años entra en el Parlamento y en el Gobierno", unas "vicisitudes que han determinado que los espacios municipales en algunos momentos no hayan tenido la cobertura que deberían".

Pretende además en una segunda fase "recuperar y rescatar con un proyecto solvente" círculos ahora "desactivados", lo que significa "el cuidado de los compañeros" para tener "militantes que trabajen con ilusión" y así, sin variar las líneas políticas de Podemos, trabajar de forma "más intensa" las necesidades municipales "a través de personas que las conocen y llevan años haciéndolo".

Finalmente dentro de ese objetivo de reforzar el territorio se ha marcado el reto de acceder a espacios municipales en los que Podemos nunca ha tenido una representación y ver "si hay gente dispuesta a dar el paso" y, en todo caso, "favorecer el trabajo conjunto con otras fuerzas de izquierda y movimientos sociales para recuperar espacio".