- Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE comenzaron ayer su cumbre presencial en Bruselas, en la que el primer punto sobre la mesa fueron las duras sanciones a Bielorrusia, tras el desvío y aterrizaje forzoso en Minsk del vuelo de Ryanair de Atenas a Vilna en el que viajaba el periodista bielorruso Román Protasevich, que fue arrestado en el aeropuerto de la capital bielorrusa. Los líderes abordaron también, entre otros asuntos, la relación entre la UE y Rusia, desde un punto de vista de "unidad, solidaridad y firmeza", dijo Michel.

Sobre el aterrizaje forzoso del vuelo de Ryanair, el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, aseguró que el incidente con Bielorrusia "no tiene precedentes" y lo calificó de "muy aborrecible, como una acción de terrorismo de Estado contra la comunidad europea". "Creo que el tiempo de la retórica y las palabras pasó, se terminó. Necesitamos acciones claras para cambiar el patrón de comportamiento de este régimen muy peligroso", constató Nauseda.

Subrayó que entre las opciones que se barajaban figura cerrar el espacio aéreo de la UE para las aerolíneas bielorrusas, reconocer el espacio aéreo bielorruso como "peligroso" para los vuelos civiles o ampliar la lista de sanciones contra el régimen, que actualmente incluyen a 88 personas y 77 entidades, entre ellas al presidente Alexandr Lukashenko.

En una línea similar se expresó la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, que consideró "muy importante" proponer "sanciones fuertes" porque, según dijo, Bielorrusia y Rusia "solo van tan lejos como les dejamos ir".

También el primer ministro de Letonia, Krisjanis Karins, afirmó que la Unión Europea necesita dar una respuesta "unida, fuerte, rápida y definitiva al secuestro por parte del Gobierno bielorruso". Términos parecidos que empleó el primer ministro de Irlanda (el país donde tiene su sede Ryanair), Micheal Martin, quien a su llegada a la cumbre dijo que defenderá una respuesta "muy firme y fuerte" contra Bielorrusia.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, consideró "absolutamente inaceptable" que Bielorrusia desviara un avión para detener a un periodista disidente y defendió por ello la adopción de sanciones contra este país.

Mientras que el primer ministro belga, Alexander de Croo, dijo que lo ocurrido ayer es "claramente inaceptable" y expuso que se trataba de un trayecto entre dos capitales de países de la UE en el que "ciudadanos europeos han sido usados como rehenes en un arresto ilegal que ha tenido lugar". A su llegada a la cumbre, la mayoría de los jefes de Estado y de Gobierno se expresaron en términos parecidos, incluida la canciller alemana, Angela Merkel, pidiendo la "liberación inmediata" de Protasevich, así como de su pareja, la rusa Sofía Sapega.

Mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, aseguró que Bruselas ha "congelado" un paquete de 3.000 millones de euros hasta que Bielorrusia sea "democrática".

En la primera cumbre en la que todos los líderes participaron de forma presencial desde diciembre, la reunión sirvió también para preparar la cumbre de junio entre la UE y Estados Unidos -la primera del presidente estadounidense, Joe Biden-; analizar la aplicación de los acuerdos con el Reino Unido, la situación en Palestina e Israel, así como la pandemia y hubo también un intercambio sobre migración. La cumbre continuará hoy con una discusión sobre la lucha contra el cambio climático.

Prisión. La policía bielorrusa confirmó ayer el paradero del periodista Román Protasevich, que fue apresado el domingo al desviar las autoridades locales un avión de la compañía Ryanair que se dirigía a Lituania. Protasevich, de 26 años, se encuentra en prisión preventiva. A su vez, rechazó la información de que el reportero haya sido ingresado en un hospital debido al repentino deterioro de su estado de salud. La madre del joven informó de que había recibido una llamada de que su hijo había sido hospitalizado.