- El Gobierno de Boris Johnson "fracasó" en su manejo de la pandemia, adoptando "malas decisiones" que costaron la muerte "innecesaria" de muchos ciudadanos, según declaró este miércoles Dominic Cummings, exasesor del primer ministro. El controvertido Cummings fue interrogado durante unas seis horas por diputados de dos comisiones parlamentarias -Sanidad y Cuidado Social, y Ciencia y Tecnología- que indagan sobre cómo se gestionó la crisis, sobre todo en sus fases iniciales.

En una intervención plagada de críticas implacables hacia antiguos colegas, el antaño hombre de confianza de Johnson describe un Gobierno caótico, de criterio dudoso, que no actuó con la debida rapidez en los momentos críticos de la pandemia, aunque parte de que su propia credibilidad está muy debilitada.

Cummings se disculpó por los "errores" en los que incurrió el Gobierno y él mismo para encarar la situación: "Cuando los ciudadanos más nos necesitaron, el Gobierno fracasó. Me gustaría decirles a todas las familias de los que fallecieron innecesariamente lo mucho que lo siento por los errores cometidos y por mis propios errores".

Recuerda cómo al principio se planteó como "estrategia oficial" perseguir la llamada "inmunidad de grupo", una polémica medida que se vio como "inevitable", pues "no era posible suprimir completamente la propagación del coronavirus en las primeras etapas" y ante la falta de vacunas. Hasta mediados de marzo de 2020 se creyó que las directrices para contener la epidemia solo lograrían retrasar el brote hasta el invierno y entonces generaría más "devastación" en el sistema sanitario público (NHS), que llegó a saturarse, según su testimonio.

"Todo el plan se basaba en asumir que era una certeza que no habría vacunas en 2020", observó ayer Cummings, que a mediados de aquel marzo se dio cuenta de que iba a ser necesario adoptar un nuevo enfoque a fin de evitar una "catástrofe".

En este sentido, se mostró "completamente desconcertado" por que el Gobierno esté ahora intentado negar que la inmunidad grupal fue "el plan oficial". Entre los reproches, indicó que Johnson calificó la crisis de "historia de miedo", comparó el virus con "otra gripe aviar" e incluso le restó importancia arguyendo "que solo mata a personas de 80 años", y recalcó que el primer ministro estaba mucho más preocupado "por el daño económico".

El Reino Unido debería haberse confinado la primera semana de marzo de 2020 "como muy tarde", y tanto la demora para decretar la medida como la falta de "un plan de acción" se asemejaron, ironizó, a escenas de la película El día de la Independencia (1996). Otro error fue asumir que "los británicos no aceptarían un confinamiento ni tampoco aceptarían un sistema de rastreo como el empleado en Asia, por la violación de libertades que implica".

"El Gobierno no actuó como si la covid-19 fuera el asunto más importante en febrero, por no hablar de enero", cuando "personas que ocupaban puestos clave estaban, literalmente, esquiando", lamentó. Entre sus contundentes revelaciones, arremetió con especial dureza contra el titular de Sanidad, Matt Hancock, de quien dijo que "debería haber sido despedido por al menos 15 ó 20 motivos", por sus "múltiples" y constantes "mentiras" en privado y públicamente.

Cummings rechazó que el Ejecutivo tuviera "problemas de comunicación", pues lo que ocurría es que había una "mala política, malas decisiones, mala planificación y mala capacidad operativa", y un primer ministro que "cambia de opinión diez veces al día" y luego "llama a los medios y contradice su propia política".

En la segunda parte de la sesión, cuestionado sobre lo sucedido en otoño de 2020, antes del segundo confinamiento -en octubre-, Cummings relató cómo Johnson "ignoró" las recomendaciones científicas de volver a confinar a la población en septiembre. Según dijo, al líder tory le parecía que el primer confinamiento había sido un "error", al tiempo que corroboró una supuesta polémica declaración del primer ministro que señaló entonces que prefería "dejar que se apilaran los cadáveres" que un tercer confinamiento.

Respuesta. El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo ayer que trató de "minimizar la pérdida de vidas" al estallar la pandemia, después de que su exasesor Dominic Cummings le acusara de "fracasar" en la gestión de la crisis. Johnson respondió a las demoledoras revelaciones asegurando que "la gestión de la pandemia fue una de las cosas más difíciles que este país tuvo que hacer" y "ninguna decisión fue fácil", respondió el primer ministro al ser interpelado por el líder laborista, Keith Starmer.

Minimizar las víctimas. "Entrar en confinamiento fue algo traumático para este país, lidiar con una pandemia de este nivel ha sido tremendamente difícil y, en todo momento, tratamos de minimizar la pérdida de vidas, salvar vidas, proteger al NHS", añadió Johnson.