El Gobierno de Navarra gastará en el próximo año 4.743,4 millones, casi un 6% más que lo previsto para este año, 262 millones más. El Ejecutivo foral vuelve a apostar así por un presupuesto expansivo que tendrá que financiar con deuda pública, pero con el que confía en acelerar una recuperación económica todavía débil. Navarra recurrirá para ello a un déficit de 0,9% del PIB, el máximo autorizado por el Estado, lo que equivale a 200 millones que habrá que cubrir con financiación externa.

La cifra es el límite de gasto no financiero más alto de la historia de Navarra, casi 700 millones más que al inicio de la legislatura, confirmando así la tendencia expansiva iniciada en 2015. Un incremento que viene reforzado por los fondos europeos Next Generation que por primera vez se incluyen en las cuentas públicas. Una parte de ellos, los que ya han confirmado los distintos ministerios, 164 millones, están integrados ya en el presupuesto. El resto se irán incorporando de forma paulatina, por lo que la cifra final del presupuesto será previsiblemente superior. "Aspiramos a lograr toda la financiación posible", ha confiado la consejera de Hacienda, Elma Saiz.

En cualquier caso, la pandemia y sus consecuencias sociales y económicas seguirán marcando la prioridad presupuestaria el año que viene, por lo que no se esperan grandes novedades en el presupuesto más allá de las inversiones extraordinarias que se puedan acometer con la financiación europea. No obstante, también se hará una apuesta importante por la inversión en proyectos destinados a la recuperación, y que se financiarán de forma compartida con los fondos propios del presupuesto y las ayuda europeas. El reparto es algo que todavía está por definir.

Así que la cifra avanzada está mañana por la consejera de Hacienda no deja de ser una foto provisional, que podría variar ligeramente en las próximas semanas en función de las previsiones de ingreso para 2022, las ayudas europeas y la propia negociación presupuestaria. La cifra global, esos 4.743 millones, se deben repartir ahora entre los distintos departamentos, que tienen que fijar sus respectivos techos de gasto y repartirlo en partidas concretas. Y después habrá que acordarlo en el Parlamento, donde el Gobierno no tiene mayoría.

También quedan por concretar las posibles medidas fiscales que acompañarán al presupuesto. El Gobierno mantiene su intención de rebajar la presión tributaria "a las rentas medias y bajas", pero de momento no ha concretado nada. La consejera de Hacienda ha explicado así que están pendientes de las propuestas que pueda hacer el grupo de expertos que analiza el Impuesto de Sociedades, y de lo que puedan acordar los distintos grupos parlamentarios.