El PSOE y el PP han cerrado el acuerdo para la renovación institucional, que colocará a Ángel Gabilondo como Defensor del Pueblo, según han confirmado a Efe fuentes socialistas.

Gabilondo sustituirá a Francisco Fernández Marugán, exdiputado socialista de 75 años que ejerce este cargo en funciones desde julio de 2017, tras dejar el puesto la exdiputada popular Soledad Becerril al cumplir su mandato de cinco años.

Su nombre llevaba tiempo sonando como candidato y finalmente Ángel Gabilondo será el nuevo Defensor del Pueblo, prolongando así la carrera política del exministro y exportavoz socialista en la Asamblea de Madrid, que parecía enterrada tras su debacle electoral.

Con su elección como Defensor del Pueblo, pendiente todavía de ratificación en el pleno del Congreso de los Diputados, terminan meses de rumores desde que empezó a filtrarse su nombre, en 2019, tras las elecciones autonómicas de ese año en la Comunidad de Madrid. Entonces se había presentado por segunda vez como cabeza de lista del PSOE y ganó los comicios, pero sin conseguir la mayoría suficiente para poder gobernar.

Por ello, en el PSOE empezaron a pensar en otros posibles destinos para Gabilondo: como ministro de Educación en el Gobierno de Pedro Sánchez (cargo que ya ocupó durante la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero) o Defensor del Pueblo.

Su perfil de hombre cultivado y de consenso, sumado al hecho de no estar afiliado al PSOE, lo convertían en un buen candidato para esta institución encargada de defender los derechos fundamentales y las libertades públicas de los ciudadanos, pendiente de renovación desde 2017.

Sin embargo, la renovación del Defensor del Pueblo continuó encallada, al igual que la de otras cuatro instituciones que se han ido sumando con el tiempo a esta lista de asuntos pendientes: el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas, la Agencia de Protección de Datos y el Consejo General del Poder Judicial.

El nombre de Gabilondo seguía pese a todo sobre la mesa para ser el nuevo Defensor del Pueblo, hasta que llegó el adelanto electoral de mayo de este año en la Comunidad de Madrid, que pilló desprevenido al PSOE, sin tiempo para designar a un nuevo candidato para los comicios.

Gabilondo (San Sebastián, 1 de marzo de 1949) repitió como cabeza de lista por tercera vez en unas elecciones que acabaron por desdibujar la figura política del que dos legislaturas atrás había sido la gran esperanza del PSOE para recuperar Madrid.

El cambio de estrategia en la campaña, al rechazar primero un posible acuerdo con Pablo Iglesias (Unidas Podemos) y luego tenderle la mano durante un debate electoral, restó credibilidad a Gabilondo, que fue cuestionado también por plantear propuestas más propias de la derecha, como su promesa de que no subiría impuestos a los madrileños.

Y aunque se empeñaba en decir que el candidato era él y no Pedro Sánchez, lo cierto es que la influencia del presidente de Gobierno español y líder del PSOE fue muy evidente la campaña electoral, en la que miembros del Gobierno acompañaron a Gabilondo no sólo en los mítines sino también en la propia lista electoral.

El PSOE obtuvo los peores resultados de su historia en Madrid el 4 de mayo al quedar en tercer lugar, por detrás del PP y Más Madrid.

Dos días después de la cita con las urnas, Gabilondo ingresó en un hospital aquejado de una arritmia cardíaca y renunció a su acta de diputado en la Asamblea, asumiendo así parte de la responsabilidad de los resultados electorales. Desde entonces, apenas se ha prodigado en actos públicos.

Ahora, a sus 72 años, Gabilondo asumirá un nuevo reto en su carrera política, que parecía enterrada tras su dimisión. Metafísico, ministro de Educación con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (2011-2019) y exrector de la Universidad Autónoma de Madrid, Gabilondo es el quinto de una familia de nueve hermanos, entre ellos el periodista Iñaki Gabilondo.

La fe religiosa que le inculcaron sus padres le hizo orientarse en un primer momento hacia la Teología y entrar en la congregación de los corazonistas, que abandonó después de varios años impartiendo clase con sotana.

Ahora asume un nuevo reto al ser el nuevo Defensor del Pueblo en lugar de Francisco Fernández Marugán, exdiputado socialista de 75 años que ejerce este cargo en funciones desde julio de 2017, tras dejar el puesto la exdiputada popular Soledad Becerril al cumplir su mandato de cinco años.

Becerril como defensora y Fernández Marugán como adjunto fueron el tándem pactado por el PP y el PSOE en 2012. Estos dos mismos partidos acaban de sellar un acuerdo para que Gabilondo sea el nuevo Defensor del Pueblo, una nueva oportunidad para alcanzar consensos para alguien que en su etapa de ministro de 2009 a 2011 estuvo a punto de lograr el Pacto Social y Político por la Educación.

BOLAÑOS Y GARCÍA EGEA PILOTAN LA CONVERSACIONES

Mientras, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el secretario general del PSOE, Teodoro García Egea, están pilotando las negociaciones para renovar los órganos constitucionales que, según admiten las fuentes consultadas, están "encauzadas" porque hay "voluntad de acuerdo" por ambas partes.

La "buena sintonía" entre Bolaños y García Egea ha ayudado a encarrilar la negociación para renovar estos órganos, algunos de los cuáles incluso llevaban años con mandato caducado.

En el caso del Tribunal Constitucional, el mandato de un tercio de sus miembros -los cuatro que corresponde elegir al Congreso- concluyó en noviembre de 2019. Por su parte, los doce consejeros del Tribunal de Cuentas terminaron en julio su mandato de nueve años y en el caso de la Agencia de Protección de Datos, desde julio de 2019 está pendiente de renovar la Presidencia de este órgano y su adjunto.