l conflicto de Ucrania y la crisis humanitaria que este ha producido han puesto de manifiesto un trabajo que, aunque de forma más silenciosa, ya se venía haciendo desde hacía años: la ayuda humanitaria que las ONG realizan en este y los países limítrofes desde hace años. Estas son entidades como UNICEF, Acción Contra el Hambre, ACNUR, ALBOAN o Cruz Roja. Porque, aunque es cierto que ahora su labor se ha intensificado, son ya muchos años desde que el conflicto activo entre Ucrania y Rusia acarrea consecuencias humanitarias muy severas.

Los ejes del trabajo del III Plan Director de la Cooperación navarra, del Gobierno de Navarra, contemplan las intervenciones de la acción humanitaria y la promoción de la participación y la coordinación de las actuaciones con los agentes de cooperación. En este sentido, el Ejecutivo foral, a través del Departamento de Derechos Sociales, con la intención de conocer de primera mano la situación actual, está en permanente contacto con las delegaciones en Navarra de las diferentes ONG que se encuentran en la zona. Así, puede analizar las dificultades y plantear recomendaciones que tanto las organizaciones con experiencia en emergencias como el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación sugieren para canalizar la ayuda de forma adecuada y alinear las acciones para una mayor efectividad.

A lo largo de estos días, el Departamento de Derechos Sociales ha recopilado una serie de informes de situación de las organizaciones especializadas en acción humanitaria, con el objetivo de conocer de primera mano el trabajo que están realizando. “Estos informes demuestran su experiencia sobre el terreno y, por ello, el Gobierno de Navarra recomienda que todas personas que deseen ayudar en la crisis humanitaria lo hagan mediante donaciones económicas a las entidades que tienen capacidad de respuesta inmediata para canalizar la ayuda humanitaria”, instan desde el Departamento.

UNICEF

UNICEF es una de estas ONG que trabajan en Ucrania y los países cercanos desde los inicios del conflicto, en 2014, para salvaguardar los derechos de los niños y niñas afectados por la guerra entre Ucrania y Rusia a la salud, la educación, la protección y el agua, el saneamiento y la higiene. Desde el inicio de la crisis, ya contaba con un equipo de 140 personas trabajando en cinco oficinas dentro de Ucrania y, como parte de la preparación en emergencias, aumentó su presencia en el terreno con expertos de las oficinas centrales y regionales desplegados en el Este de Ucrania. Además, está previsto que se amplíe el equipo en las próximas semanas.

Esta ONG actúa en Ucrania, pero también en los países vecinos como Rumanía, Moldavia o Bielorrusia, entre otros, haciendo todo lo posible por satisfacer las necesidades básicas de los niños, niñas y sus familias. En el epicentro del conflicto, trabaja para aumentar la distribución de ayuda a los niños y niñas con camiones de agua segura en las áreas afectadas, suministros de salud, higiene y educación en emergencias, equipos de salud móviles en ciudades como Kramatorsk, Novohrodivka, Mariupol, Mariinka y Bakhmut o 23 equipos móviles que proporcionan servicios de protección infantil y atención psicosocial, entre otras acciones.

Respecto a su labor en países cercanos como Moldavia, Polonia, Rumanía y Bielorrusia, UNICEF está reactivando los llamados Puntos Azules, espacios seguros integrales que dieron un apoyo crucial a las familias migrantes durante la crisis de refugiados y migrantes de 2015-2016. Estos espacios se establecen a lo largo de las rutas con mayores flujos de población, y en ellos se proporciona información clave a las familias y espacios seguros para mujeres y niños. Además, en los Puntos Azules se tiene la capacidad de identificar a niños separados y no acompañados para garantizar su protección. Para UNICEF, “es una prioridad darles atención y centrarse en la protección y reunificación familiar”.

Según destacan desde UNICEF, “las mujeres y niñas, especialmente las desplazadas y las que viajan solas, están particularmente expuestas, especialmente a la violencia de género, y la discapacidad añade una capa de vulnerabilidad”. Por ello, añaden “son necesarias intervenciones de todos los programas de UNICEF para responder a este importante y vulnerable grupo de población en diferentes contextos”.

Acción Contra el Hambre

La labor de Acción Contra el Hambre en Ucrania se extendió desde 2014 hasta 2018. En la actualidad, esta entidad ha desplegado equipos en misiones exploratorias para valorar la intervención en el interior de Ucrania, así como en Polonia, Rumanía y Moldavia, países a los que está llegando la población desplazada a causa del conflicto armado. “Está siendo muy complicado y peligroso trabajar en el interior de Ucrania por motivos obvios, y aún no hemos podido acceder a nuestra última base de operaciones en Donbass”, señalan desde la entidad.

Estos trabajos de exploración les han permitido certificar que existe una necesidad significativa “en términos de agua, higiene, saneamiento, acceso a la atención básica y salud mental”. Asimismo, apuntan: “Nos estamos encontrando muchas mujeres solas con niños que necesitan comida”. Y añaden: “Empieza a haber un nuevo tipo de desplazados, que son los que quieren permanecer cerca de Ucrania para seguir en contacto y poder volver”. Pero también hay “oleadas de personas” que se desplazan al Oeste “para quedarse en Polonia, donde tienen familiares”, y otros que “han perdido su casa y buscan empezar una nueva vida en cualquier lugar de Europa”.

Por otro lado, Acción Contra el Hambre estima que, si el conflicto continúa durante varias semanas más “es de prever que más de 5 millones de personas podrían huir de la violencia y más de 18 millones de ucranianos necesitarían asistencia humanitaria”. Asimismo, la entidad pone el foco de mira más allá de Europa, y apunta: “El conflicto de Ucrania también podría tener importantes repercusiones en la seguridad alimentaria mundial; de hecho, solo África y Oriente Medio absorben el 40% de la producción ucraniana de maíz y trigo, por lo que el cese de cultivos y exportaciones puede tener en un plazo medio consecuencias en la seguridad alimentaria de estas regiones”.

ACNUR

También ACNUR está presente en Ucrania, donde coordina los grupos de protección y refugio como parte del Plan de Respuesta Humanitaria interinstitucional, junto con las agencias hermanas de la ONU y las ONG asociadas. Entre las acciones específicas de protección que realiza la organización, destaca el apoyo a las autoridades para registrar los desplazados internos y proporcionar servicios esenciales a las personas más afectadas; la gestión de centros de tránsito donde evaluar las necesidades iniciales de los desplazados; la distribución de kits de emergencia para desplazados en tránsito; o la asistencia jurídica y apoyo psicosocial a las personas que sufren los efectos perjudiciales para la salud mental del conflicto.

En cuanto a su presencia en países vecinos, ACNUR trabaja también en Bielorrusia, Hungría (desde donde se trabaja con Eslovaquia y Moldavia), Polonia y Rumanía. Para estos lugares, ACNUR está elaborando un Plan Regional de Respuesta a los Refugiados y coordina la prestación de apoyo técnico a las autoridades. Asimismo, ha proporcionado artículos de socorro básicos para satisfacer las necesidades de los recién llegados.

ALBOAN

En el caso de ALBOAN, que ya venía trabajando con población refugiada y desplazada en varios países del este de Europa, ha activado una respuesta de atención, acogida y acompañamiento junto al Servicio Jesuita a Refugiados Europa en Polonia, Rumanía y Hungría, aunque se plantea iniciar acciones en Bosnia-Herzegovina, Croacia, Kosovo, Macedonia y Serbia. Actualmente, destacan, las principales líneas de acción que están desarrollando son “dotar de refugio y alojamiento para la población refugiada, alimentación, acceso a servicios de salud básica y facilitar el transporte seguro de las familias que llegan a las fronteras y quieren dirigirse a otras zonas de los países, así como protección y apoyo psicosocial”.

Cruz Roja

También Cruz Roja lleva asistiendo a las personas afectadas por el conflicto de Ucrania desde sus inicios, hace ya ocho años. Concretamente, todo el movimiento de la organización a nivel internacional está apoyando a Cruz Roja Ucraniana para dar respuesta a las personas afectadas “en áreas en las que el acceso a los servicios de salud es limitado, formándoles en primeros auxilios o mediante la cobertura de las necesidades básicas”. También ayudan en el “acceso a agua segura, apoyo para el trauma psicológico o en el apoyo de medios de vida de la población”.

En esta última semana, señalan, “más de 90.000 personas han recibido asistencia con artículos de emergencia y alimentos, se ha prestado apoyo para la reubicación a zonas más seguras con especial atención a personas con discapacidad y se han habilitado centros de recepción en escuelas y otros edificios comunitarios para albergar a las personas desplazadas”. Muy destacable es el número de personas (3.000) que se han unido a Cruz Roja como voluntarias y están recibiendo formación para actuar en el terreno.

Desde la organización, destacan que “la seguridad es, de manera creciente, un problema para la operación”, ya que Cruz Roja Ucraniana reporta voluntarios desaparecidos y, con el cierre de los operadores de telefonía móvil en Kherso, “no hay comunicación con el personal de Cruz Roja Ucraniana”. También hay dificultades de conexión, aseguran, en Mariupol y Zaporiyia. En cualquier caso, voluntarios y voluntarias de los países limítrofes ya se han coordinado con Cruz roja para atender a las personas que esperan en las colas para salir de Ucrania. También ha instalado la organización, en Polonia, albergues temporales y dispositivos de acogida, y en Rumanía se distribuye comida, agua y artículos de higiene en los pasos fronterizos.

Estas son pinceladas de la labor que realizan las organizaciones mencionadas desde hace años en Ucrania y los países vecinos, con la intención de dar respuesta a una crisis humanitaria que comenzó hace ya ocho años y que, lamentablemente, ha crecido de manera exponencial. Una crisis para la que cada vez son más personas las que quieren aportar su ayuda. “La mejor forma de hacerlo -recuerda el Gobierno de Navarra- es apoyando a estas organizaciones, cuya trayectoria confirma su experiencia sobre el terreno”.