Usar el móvil, ir por la carretera con el coche, aliñar los alimentos con sal o tomarte una pastilla para paliar el resfriado son acciones tan cotidianas como dispares. No obstante, tienen un origen común y es que para poder llevarlas a cabo se necesitan recursos minerales. El asfalto está hecho de la mezcla de un derivado del petróleo y de trozos de piedra, los coches y los móviles llevan litio y cobalto para poder funcionar, y de la pastilla de ibuprofeno que nos tomamos, la gran mayoría es carbonato cálcico.

“Los minerales muchas veces solo los asociamos con piedras, pero están presentes en nuestro día a día mucho más de lo que creemos”, señala Manuel Regueiro, geólogo y jefe de Relaciones Externas y Comunicación del Instituto Geológico y Minero de España (IGME). Con esta filosofía, Regueiro trato de mostrar ayer que los minerales son importantes para el desarrollo de la vida diaria en una conferencia impartida en el Planetario de Pamplona, con motivo de la inauguración de la exposición Los minerales esenciales para un futuro sostenible -organizada por Geoalcali en colaboración con el IGME y Magnesitas Navarra-.

En la conferencia, a la que asistieron alumnos de Primaria de varios centros, el geólogo insistió en la importancia de reciclar los minerales de cara a conseguir un modelo de minería sostenible con el medio ambiente: “En Europa se están llevando a cabo varias iniciativas de reciclado. Por ejemplo, si reciclas tu móvil, no hace falta explotar una cantera de cobalto en el Congo. La minería siempre ha sido pionera en este sentido”.

Sin embargo, Regueiro recordó que históricamente el sector minero ha tenido “mala fama” desde el punto de vista medioambiental, debido al gran impacto que ejerce. “En el pasado se hicieron muchas cosas mal, pero ahora la minería está muy regulada y hay tantos controles que es difícil que pueda causar daños al medio ambiente”, aclaró.

En este sentido, subrayó que esa mala fama hay que contrarrestarla “con la evidencia de la necesidad de recursos minerales”, sin los cuales, afirmó, “nada de lo que hay en las ciudades o en casa funcionaría”. “Nadie quiere volver a vivir en una cueva”, incidió. Para el geólogo, la gente no es del todo consciente de la importancia de las sustancias minerales en nuestro día a día: “Antes cuando un coche estaba al sol se ponía de color mate, ahora no pasa, y es por la carga mineral. De la misma manera que hay plásticos casi tan duros como el acero, porque se fabrica con partículas minerales”.

a la caza de asteroides Regueiro no ve que exista una alternativa a la explotación mineral, pero explicó que ya hay empresas que están innovando en este sector. Según precisó, en EEUU se está buscando la manera de llevar la minería al espacio y a los fondos marinos, algo que podría suponer enormes ventajas en un futuro. “Se dice que un asteroide puede proporcionar el níquel necesario para todo el planeta durante mil años”, señaló, y, en cuanto a los fondos marinos, apuntó que “ ya hay proyectos donde se hacen extracciones a 2.000 metros de profundidad. A esas profundidades el impacto es mucho menor”.

En lo relativo a la sostenibilidad, también señaló que gracias a las canteras se han creado nuevos ecosistemas, al salir el agua a la superficie. Pero en cualquier caso, opinó que la reutilización es el mejor camino para respetar lo máximo posible al medio ambiente. “La realidad es que se recicla muchísimo, el papel, que tiene un alto porcentaje de carbonato cálcico, se reutiliza prácticamente todo. También el vidrio, en España se recicla en torno al 90%”, señaló. No obstante, también incidió en el inconveniente de que muchas veces reutilizar es más caro que extraer los minerales de forma natural.

Las canteras. Cuando se termina de explotar una cantera de la que se ha extraído cualquier mineral, hay veces que el resultado es favorable y otras que los resultados son desastrosos. Así lo indicó ayer Manuel Regueiro que destacó el caso de unas minas en el valle del Jarama, que al excavar se sacó agua y se convirtió en un ecosistema al que acuden millones de aves cada año. Por contraposición, apuntó que en muchos puntos del Estado hay canteras no restauradas que consituyen “un verdadero desastre”.