donostia- Muchos son los guipuzcoanos que han elegido para sus celebraciones más señaladas el restaurante Gurutze Berri de Oiartzun, al frente del cual estuvo durante medio siglo Xabier Zapirain, cuyo fallecimiento, a los 83 años de edad, lloran todos aquellos que le conocieron.

En una entrevista concedida a NOTICIAS DE GIPUZKOA hace algo más de un año Zapirain, un hombre parco en palabras, recordaba las horas pasadas tras los fogones, desarrollando una profesión que amaba y a la que se dedicaba desde que tenía 17 años, edad en la que comenzó su formación en Donostia.

Ese amor a la cocina le llevó a completar su preparación en Inglaterra y Francia, para posteriormente recalar en Bilbao antes de volver a sus orígenes y hacerse con el restaurante Gurutze Berri, que puso en marcha en 1969 junto a Luis Irizar antes de que este siguiera su camino en solitario con su escuela de cocina.

Zapirain, que participó en la puesta en marcha de la apasionante aventura de la Nueva Cocina Vasca, recibió en 2017 un sentido homenaje en el que tomaron parte 80 cocineros que fueron sus alumnos y al que también acudieron algunos de los grandes nombres de los fogones.

Reconocía Zapirain que su restaurante era conocido por ser un templo de la caza, que no tenía secretos para este cocinero que, tras regresar de Inglaterra, observó que en Donostia y su entorno no había nadie que preparara este manjar.

Cuando decidió tomarse ya un merecido descanso pasó el relevo a sus hijos Xabier y Gorka, uno en la cocina y el otro al frente del comedor. El patriarca no podía menos que expresar su satisfacción porque sus hijos hubieran seguido su camino para no tener que cerrar las puertas de un restaurante que lo fue todo para él y en el que, además de la caza por la que se hizo famoso, se preparaban muchos más platos que han podido ser degustados en un sinfín de bodas, comuniones y bautizos.

Entre las ollas del Gurutze Berri enseñó Zapirain los secretos de la cocina a muchos y buenos cocineros que, posteriormente, han seguido su trayectoria profesional con negocio propio y que hace casi dos años acudieron al homenaje de un hombre humilde que, reconocía, que los reconocimientos no le gustaban. “Soy muy tímido y no me gusta ser protagonista” afirmaba Zapirain que forma ya parte de la historia de la cocina de Gipuzkoa y de Euskadi.