pamplona - El abogado Eduardo Ruiz de Erenchun, que representa a la familia del joven fallecido, emplazó al jurado popular a que “actúe en libertad y decida en conciencia” sobre el veredicto y explicó que él no acepta la tesis de que Daniel fuera “gratuitamente a agredir al acusado a su furgoneta. Y lo que ustedes tendrán que decidir es si una vez que se inició esa pelea por causas que no se conocen, Dani se podía defender o tenía su defensa muy mermada. La única prueba de que entró a pegarle es la declaración del acusado, pero ya saben que por repetir 100 veces una mentira no se convierte en verdad”.

Erenchun destacó que el acusado “no es una hermanita de la caridad, ya fue condenado por falsedad (de su carnet de conducir), que no tiene que ver con esto, pero sabe lo que es una detención, una condena, un juicio. Sabe, por tanto, que su mejor defensa es llamar al 112 y contar lo que él quiere”. El letrado se sorprendió de que alguien que alegue legítima defensa no responsa a sus preguntas ni a las de la Fiscalía. El letrado comenzó entonces a soltar preguntas al aire tratando de cuestionar la versión del acusado: ¿Cómo es posible que su mujer diga que él se fue nada más llegar ella a casa y las cámaras digan que estuvieron media hora? ¿Cómo es posible que ella diga que no solía ir a dormir a la furgoneta? ¿Cómo es posible que no hubiera manta en la furgoneta, y que la mochila de Dani no tuviera sangre? ¿No será que él metió después esa mochila dentro? ¿Cómo es posible que diga que la pelea duró entre 20 y 30 minutos y solo tenga dos golpes en la cara? ¿Y cómo es posible que pueda conducir si tiene la mano derecha tan limitada? ¿Cómo es posible que diga que se despertó por el calor de la sangre en la cara y no por el dolor? ¿Por qué le ató los pies a Dani? Si temía que le siguiera pegando, ¿por qué no le ató las manos?”.

Erenchun invitó al jurado a quedarse tres minutos en silencio, el tiempo mínimo que tuvo que durar el estrangulamiento para impedir la llegada de oxígeno al cerebro. “Verán que es una eternidad. Pero es que el acusado tuvo que ver que Dani se estaba muriendo”. El letrado explicó que la víctima “no estaba loca”, era un chico “alegre, feliz, vital, enamorado, que fumaba sus porros y que, todo hay que decirlo, ese fin de semana no tuvo un comportamiento normal, pero eso no implica que quisiera pegar a nadie ni que se quisiera suicidar. Pero no tiene ni un antecedente de problema mental ni violento. De hecho, en el estudio de su WhatsApp, que es la mejor radiografía que se le puede hacer a alguien, no se encontró ninguna consideración violenta. El último mensaje con su novia fue de amor y reconciliación”. Erenchun dijo estar “convencidísimo” de que hablaron y de que algo pasó entre el acusado y la víctima antes de la pelea en la furgoneta. “Es evidente. ¿Cómo se puede explicar que en un parking como Corralillos, con cientos de coches, fuera a entrar a una furgoneta donde había alguien en su interior?”. - E.C.