pamplona - La Fiscalía navarra solicita para el subastador de arte Alberto Tejada Salvatierra, en prisión provisional desde el verano de 2017 cuando se autoinculpó en el juzgado, una condena de 15 años de prisión por estafa y falsedad en documento oficial. El acusado, según el Ministerio Público, se valió de su experiencia como agente financiero en Bankinter y en la entidad Bankoa para engañar a los clientes a los que entregaba recibos sin ninguna validez pero como si se trataran de documentos bancarios reales. El Ministerio Público entiende que Bankinter debe responder como responsable civil subsidiario de la actuación de Tejada, que debe indemnizar con 6.511.150 euros a 19 familias de Pamplona y Comarca que resultaron perjudicadas, algunas con casi dos millones de perjuicio.

En el escrito de acusación se expone que el acusado fue comercial de Banco Atlántico, director de Barclays y de Banco Herrero desde 1975 hasta 1999, abandonando dicho trabajo para pasar a ser agente financiero de Bankinter desde 2000 hasta marzo de 2015 y asimismo también fue agente financiero de la entidad Credit Agricola Bankoa desde marzo de 2002 a 2008. El contrato para trabajar como agente financiero de Bankinter se hizo con la entidad Brokers Financieros de Navarra, de la que el acusado era administrador único; mientras que el contrato con Bankoa, dado que no podía ser agente de dos entidades, se efectuó con Gestores Financieros de Navarra, constituida en febrero de 2002 por un amigo y un empleado. Dos meses después de su creación, el acusado pasó a ser administrador único, si bien desde un primer momento era el gestor auténtico de la sociedad.

no acusa a los contables Paralelamente a ello, el procesado se dedicaba a la compraventa de arte, por lo que adquirió Subastas Appolo en 2004, sociedad de Bilbao que trasladó a Pamplona en 2009. En 2012 pasó a formar parte de Arte y Finanzas de Navarra, creada en junio de 2012 y en la que figuraban como socios los contables del acusado y de sus sociedades. Estos vendieron en diciembre sus participaciones al acusado. Pese a que la Fiscalía dice que el gestor de esta entidad siempre fue el acusado, una acusación que representa a varios perjudicados reclama para dichos contables una condena por falsedad contable y blanqueo de capitales. Dichas víctimas elevan la petición de pena para Tejada a los 18 años. Lo que alegó el procesado es que los malos resultados de la sala de subastas hacían que invirtiera ahí todo el dinero que recibía.

La Fiscalía destaca que el acusado se aprovechó de la confianza que tenían sus clientes en inversores como él, obtuvo importantes cantidades de dinero de diversas personas incluso de su círculo más íntimo, y se valió para ello entre otros medios mendaces de aparentar a través de documentación no auténtica de Bankoa, en la que simulaba logotipos y demás signos distintivos de ese banco. Así, la estafa consistía en fingir que invertía en deuda pública el dinero que recibía, dándole a sus clientes el documento que él mismo confeccionaba como si fuera auténtico. En dicho documento se comprometía además a pagar un interés anual que en algún caso pagó con el dinero que recibía de otros afectados, sin que nunca llegara a realizar las inversiones indiciadas, disponiendo en su propio beneficio del dinero. Llegó a estafar a un par de familias casi dos millones de euros a cada una de ellas. Los herederos de una mujer perjudicada por dicha cantidad se dieron cuenta de la estafa al fallecer la señora.

Estafaba a clientes de máxima confianza e incluso a amigos personales. La conducta presuntamente delictiva que usó Tejada estaba basada en las relaciones de confianza que había establecido a base de años con clientes a los que asesoraba financieramente e incluso a amigos personales. A los mismos les entregaba cheques con logotipos bancarios falsos que luego no procedían a cobrar.