Pamplona - El TSJN ha desestimado un recurso de Mediterránea de Catering (empresa adjudicataria en la legislatura de UPN de la alimentación en el Complejo Hospitalario) contra la orden foral de Osasunbidea con la que se ejercitaba la “opción de compra del equipamiento adquirido por Mediterránea de Catering para la ejecución del contrato” tras asumir este servicio con personal público el Gobierno del cambio. La empresa cuestionaba en su recurso tanto el fondo (el cálculo del montante de dinero que le correspondía por la recompra del equipamiento no amortizado) como la forma (denunciaba “oscurantismo” de la Administración en los pliegos y la resolución) pero al final, la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJN no sólo condena a la empresa a costas, sino que respalda la claridad del procedimiento de Osasunbidea y cuestiona los cálculos económicos de Mediterránea a la que censura por intentar contabilizar “obras” como “equipamiento”; tratar de incluir en la factura unos carros Vitalis que tuvo que retirar en su día por dar un servicio deficiente y valorados ahora como “chatarra” por el perito judicial; así como calcular el dinero a percibir por los que los sustituyeron (Ergoser) en un montante que no ha podido acreditar suficientemente y que era, a la vista del auto, inferior a lo pedido de manera que la Administración se ahorrará más de 400.000 euros en la liquidación de todo este proceso para los que en principio había presupuestado 2,1 millones. La sentencia puede ser recurrida en casación, pero, una vez resuelto en su día la vertiente del personal (fue indemnizada tras otra sentencia en 2017) puede suponer el punto y final al asunto Mediterránea de Catering.

Como es sabido, el departamento de Salud -cumpliendo el acuerdo programático del Gobierno del cambio- ha ido dando pasos durante toda la legislatura para revertir la privatización iniciada en 2012 por UPN y asumir la gestión de la alimentación hospitalaria con personal propio. Más allá de un compromiso político, una larga serie de sentencias, sanciones, quejas de usuarios y otras incidencias avalaban esta decisión que tenía su complejidad técnica y presupuestaria. En primer lugar, estaba el asunto del personal ya que si cuando entró Mediterránea de Catering esto supuso el despido de parte del personal público de cocinas, la salida de la empresa implicaba que su plantilla quedaba en un cierto limbo ya que la Administración tenía sus propias listas de contratación pública. Al final, una sentencia atendía una demanda laboral de subrogación y Osasunbidea, que ya tenía su propio personal funcionando, optó por indemnizar a los anteriores trabajadores provenientes de la empresa. Esto sucedió a finales de 2017.

De modo paralelo, el departamento de Salud abordó la otra vía necesaria para la “internalización” y que estaba prevista en las normas de la adjudicación de este servicio que era para cuatro años: la recompra del equipamiento adquirido por la empresa adjudicataria y que podía reaprovecharse en la nueva fórmula de prestación pública. Aquí había una serie de cuestiones a dilucidar en la medida que Mediterránea y Osasunbidea no pensaban igual. Y el tema ha acabado en los tribunales este contundente auto en favor de la Administración que de esta manera se acerca al punto y final del asunto. Fuera de este complejo proceso, los usuarios, disfrutan ya de la nueva comida en el CHN desde junio 2017.