madrid - El comedor escolar desempeña una función educativa de primer orden para que los niños adquieran hábitos de alimentación saludables y debería estar incorporado en los planes educativos de los centros escolares, según un informe de la Sociedad Española de Cardiología y la Fundación Española del Corazón.

Es una de las propuestas del estudio sobre el Riesgo cardiovascular desde la infancia, que también plantea incrementar en una hora diaria la actividad física en educación infantil y primaria.

Este documento de consenso, presentado en rueda de prensa, recoge diferentes propuestas de actuación con el fin de evitar que, en un futuro, los más pequeños tengan un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

“El desafío es conseguir que en la infancia se adquieran unos hábitos cardiosaludables que se mantengan en la edad adulta”, y para ello los colegios, junto a las familias, juegan un papel esencial, explicó el presidente de la SEC, el doctor Manuel Anguita.

Y es que los datos son muy preocupantes: el 23,8% de los niños españoles tienen sobrepeso y el 10,3% padece obesidad, unas tasas que se explican por el consumo de alimentos procesados, con alto contenido en azúcar y grasas saturadas.

También el sedentarismo es responsable: menos de la mitad de los niños realiza la actividad física diaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS): al menos 60 minutos diarios.

Aunque la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición de 2011 establece, por primera vez, que los menús servidos en los comedores escolares deben ser revisados por las administraciones sanitarias y educativas y por profesionales en nutrición e introduce recomendaciones en cuanto a la composición de los menús, en la práctica existe una gran diversidad en las diferentes comunidades.

Según el informe, éstas tienden a favorecer la subcontratación de empresas de catering frente a la gestión directa, guiadas por criterios de gestión económica.

Con la Lomce, la educación física deja de ser parte del bloque de las asignaturas generales, por lo que cada comunidad autónoma e incluso cada institución establece su carga horaria, lo que da lugar a “grandes desigualdades” entre regiones.

Para paliarlo, los cardiólogos proponen, además de implementar una hora más de actividad física diaria en la educación infantil y primaria, fomentar un “recreo activo” que promueva la actividad física de los escolares bajo la monitorización de los profesores.

Además, plantean ampliar la oferta de actividades físicas promoviendo el multideporte. - Efe