Ana Torroja no cree en las etiquetas pero sí en la igualdad de derechos y obligaciones. Opina que la igualdad debería ser algo natural y pide que se “abran las puertas en las mismas condiciones” para todos.

¿Se considera feminista?

-Los términos o etiquetas no me gustan. Hay una desigualdad biológica evidente, pero creo en la igualdad de derechos y de deberes. Eso debería ser natural y que no hubiese etiquetas de ser feminista o no. No debería ser noticia que la presidenta de un país sea mujer. Creo en la naturalidad de las cosas.

¿Se ha encontrado con algún obstáculo por ser mujer?

-Si lo ha habido, lo he saltado sin darme cuenta de que estaba ahí. A pesar de ser mujer, no sé si por mi físico o por mi estética andrógina en su momento, con el músculo y el pelo corto, siempre he pensado que daba miedo a los hombres. Nunca tuve ningún problema.

Díganos dos medidas que deberían implantarse para caminar hacia la igualdad.

-Las capacidades de ambos en el trabajo son prácticamente iguales; quizá la mujer tiene más capacidad de sacrificio que el hombre y (lo que hay que hacer) es abrir la puerta con las mismas condiciones en cualquier trabajo y edad. Yo me siento fuerte para cualquier cosa.

¿Cómo sobrelleva participar de un mundo que parece exigir a sus artistas que sean eternamente jóvenes?

-Hay que ser consecuente contigo mismo, con tu edad, con tus decisiones y con tu envejecimiento físico. Ser honesto hace que los demás te vean como una persona más con una profesión peculiar. Yo no hago nada. Es verdad que a veces me miro al espejo y que me doy cuenta de lo que se ha descolgado, pero digo: “Pues que se descuelgue”. No creo que haya nada con lo que me sienta ridícula. - J. Herrero