pamplona - El Gobierno Vasco ya elaboró en julio de 2016 un informe sobre si las makilas ornamentales o de representación podían ser consideradas como armas prohibidas a los efectos del Reglamento de Armas a raíz de una consulta realizada por un establecimiento de fabricación de makilas en Irun que fue inspeccionado por el servicio de Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil. Allí ya se fijaba que la cuestión consultada se constriñe a examinar si cabe identificar una makila como un bastón estoque que está considerado como arma prohibida debido a que contiene un aguijón, que podría ser considerado un estoque de metal. Ya se advirtió entonces que en caso de que se considerara prohibida lo sería en su tenencia (a salvo quizás en museos) y supondría la pérdida de un signo de identidad cultural vasca por la imposibilidad de fabricación de nuevas makilas.

El Gobierno Vasco se remontó al uso tradicional de la makila, usado tanto como apoyo o como defensa o para conducir el ganado, para lo cual disponen de un aguijón, para explicar que con el paso del tiempo ha pasado a ser un objeto de rico adorno y elaboración artesanal que, a su vez, es empleado para agasajar el mérito de algunas personalidades que visitan nuestro país como expresión de amistad y reconocimiento. Y, de ese modo, expone que las makilas que se fabrican actualmente no son materialmente armas por cuanto su destino no es defenderse o atacar con ellas, sino simplemente representar simbólicamente el mando o autoridad o un carácter honorífico. Además, la presencia del aguijón protegido no implica propiamente su consideración como estoque si se compara sus características con las que habitualmente las espadas estoques descubiertas o simuladas en un bastón. Por lo tanto, “la makila no debería ser considerada como bastón-estoque a los efectos de su consideración como arma prohibida”. Y concluye que la propia actuación histórica de la Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil y del Ministerio del Interior avala esta interpretación, dado que las actividades de fabricación, comercialización y entrega y uso de makilas a autoridades es una constante tanto histórica como actual sin que en ningún caso, más allá de algún esporádico celo mal interpretado de alguno que acontece de década en década sin consecuencias de ningún tipo se haya perseguido, vedado o sancionado tales prácticas”. - E.C.