Los migrantes y refugiados no son personas peligrosas, sino personas en peligro. Ese fue el mensaje que se proyectó en las tres sesiones pedagógicas sobre acogida y convivencia que se impartieron ayer en el IES Barañáin, de la mano de la ONG Alboan y en colaboración con la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), dentro del programa Más allá de las fronteras.

El alumnado de 4º de la ESO tuvo la oportunidad de conocer la realidad de las personas refugiadas y migrantes a través del relato en primera persona de Mohammed Abuhamid y Yannick Guengane, de 18 y 29 años, respectivamente. Aunque por distintos motivos y con trayectorias muy diferentes, los dos jóvenes tuvieron que pasar toda una odisea hasta llegar a Pamplona en una firme apuesta por un futuro mejor.

En su caso, Mohammed tuvo que dejar atrás a sus padres y a ocho hermanos, en definitiva, alejarse de su hogar, con tan solo 16 años al ser perseguido por motivo de su nacionalidad, y es que el joven es de origen eritreo, aunque vivía en Sudán.

El joven narró su turbulento viaje desde casa hasta llegar a un centro de refugiados en Libia, que ni siquiera podía ubicar en el mapa. Pasaron tres meses “sin nada que hacer salvo esperar a poder irme del campo” hasta que el mar se calmó y cogió un bote que lo llevó a una barca más grande que le transportaría hasta Italia, sin saber siquiera “si iba a llegar al destino hasta que estuve allá”.

Una vez en Europa ingresó en un centro de menores de donde trató de escapar en varias ocasiones “porque allí no había posibilidad de trabajar”. Siete meses después, Mohammed consiguió que lo reubicasen en Pamplona, de la mano de la Fundación Ilundain Haritz Berri, y se instaló en una residencia en Orcoyen donde aprendió el castellano.

Recién cumplida la mayoría de edad, el joven se puso en contacto con CEAR y actualmente está haciendo un curso de mecánica con la esperanza de conseguir unas prácticas después. Sin embargo, el verdadero propósito de Mohammed es seguir con sus estudios (los cuales le han convalidado hasta 2º de la ESO) para poder cumplir su sueño de ir a la universidad “como un chico más”.

dos años para cruzar a melilla Por su parte, Yannick también vivió su propio infierno personal cuando se vio obligado a dejar su hogar en la Costa de Marfil -aunque sea originario de Burkina Faso- después de terminar el Bachillerato, debido a la guerra civil en la que está inmerso el país. El migrante cruzó a Niger y después a Argelia huyendo de “un lugar en el que solo hay matanzas y hambruna”.

Yannick no quería dejar su hogar, pero la falta de posibilidad de trabajar para poder comer lo llevó a embarcarse en un viaje “mucho más peligroso de lo que hubiera imaginado”. Su trayecto en busca de una vida mejor lo llevó a Marruecos, donde oyó hablar de una ciudad llamada Melilla en la que prometían derechos humanos y libertad. Dos años, una infinidad de intentos e innumerables cicatrices después, Yannick consiguió ver la vida desde el otro lado de la valla. Todavía hoy recuerda a los compañeros que perdieron la esperanza, y también a aquellos que perdieron la vida en busca de vivir dignamente.

El joven pasó un tiempo en Melilla y después en Sevilla antes de venir a Pamplona, donde lleva instalado más de dos años y ya la siente como su hogar “donde lo tengo todo y no me quiero ir jamás”.

Más allá de las fronteras. Desde la ONG Alboan han querido diversificar sus proyectos incluyendo al alumnado de centros educativos a los que ofrecen un “recorrido de conocimiento de nuestro contexto intercultural y de los procesos de desplazamiento forzado y refugio”. Así imparten charlas y material pedagógico sobre interculturalidad, innovación educativa, personas refugiadas, género, educación transformadora, migraciones, desigualdades globales, diversidad cultural o convivencia.

Tres dimensiones. Dentro del proceso de desplazamiento forzado y refugio, Alboan contempla una propuesta educativa que aborda tres dimensiones: la formación del profesorado en interculturalidad, migración y refugio con recursos didácticos; aprendizaje vivencial del alumnado sobre la realidad de las personas refugiadas y migrantes; y la implicación de la comunidad educativa en actividades de sensibilización y movilización.