PAMPLONa - La estación meteorológica manual de Eugi, ubicada junto a la presa del pantano, comenzó a funcionar en enero de 1968 y es una de las más de 3.000 estaciones termopluviométricas (80 en Navarra) que Aemet posee en todo el Estado. Desde mayo de 2008 cuenta, además, con una estación automática. Los trabajadores de la CHE se encargan de la recogida manual de datos todos los días, así como del mantenimiento y vigilancia de la estación automática. Los trabajadores de la CHE, Javier Sotro Seminario, de 53 años, que lleva tres décadas trabajando allí, y José Ángel Beaumont Echezarreta, de 50 años -11 en Eugi-, recogieron el reconocimiento. Sotro dice que “la estación no ha cambiado nada, tiene los mismos termómetros, pluviómetros, por lo que las medidas que se toman son las mismas que hace medio siglo”. Los meteoros que observan a diario son las temperaturas máxima y mínima, los termómetros seco y húmedo, precipitaciones de lluvia y nieve, el viento, la niebla, el rocío matinal... Así, como “notarios del tiempo” que se definen, afirman que “el cambio climática se observa “mes a mes. De hecho, en los últimos 15 años podemos decir que la temperatura media ha subido dos grados de media”.

Respecto al tiempo actual, Beaumont afirma que ha sido un invierno “muy ambiguo. En enero recogimos 300 litros, que es una lluvia buena y nevó, pero es que desde entonces al día de hoy no hemos recogido nada. Otro dato importante que tomamos es el evaporímetro, la cantidad de agua que se evapora según la lámina de nivel del embalse. Si hay tanto calor, se produce más fuga de ese vapor”. Ahora mismo, el nivel del embalse se encuentra al 82%, “pero estamos soltando al río caudal ecológico, que es lo que deberíamos estar haciendo en mayo o junio. Esos dos meses que hemos adelantado habrá que ver cómo evolucionan. Aquí el problema es el estiaje en verano, cuando llega septiembre y octubre. Ahora se ha empezado a regar y a consumir antes. Eugi es un embalse pequeño que se llena y se vacía seis veces al año. Pero este año la aportación es menor y vamos a ver cómo se comporta”, explica Beaumont, que añade que “tenemos unos modelos de años hidrológicos, que ahora hay que cambiarlos”.

“En la última avenida de enero,bajamos el embalse, pero ahora no lo llenamos. A nosotros lo que nos interesa es que nieve, que es lo que nos va aportando espacio. Pero lo que ocurrió este enero fue que nevó, luego llovió, subió la temperatura, la nieve se derritió y vino todo de golpe. Ahí se genera la avenida. Hicimos de muro de contención porque teníamos colchón al estar muy bajo el embalse”, añade Beaumont. Por su parte, sobre la fiabilidad de las predicciones meteorológicas, Sotro asegura que “soy bastante escéptico con las predicciones a medio o largo plazo de tiempo. Más allá de dos días es muy díficil acertar el pronóstico”.