pamplona - La denuncia presentada en la Policía Foral el pasado mes por presuntos abusos sexuales de un sacerdote que era profesor en el colegio Jesuitas de Pamplona ha sido ahora archivada por el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona al certificar el atestado policial que se ha elaborado que el cura en cuestión, Ignacio Ruiz de Gauna Barrueta, falleció en octubre de 2013. El juez expone en el auto que ha notificado al denunciante que “la responsabilidad penal por estos hechos se extinguen por la muerte del reo, por lo que es procedente, de conformidad con lo dispuesto en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, declarar extinguida la acción civil contra sus herederos y causahabientes”. Añade que tal y como dispone la ley en otro de sus artículos se procede al sobreseimiento libre. Por tanto, tal y como ocurrió en el caso de Koldo, el primer denunciante en el Puy de Estella al que se le notificó el archivo judicial, se insta a los interesados a que prosigan en caso de que lo deseen su demanda en la vía civil para poder reclamar una compensación económica por el daño causado.

Conviene recodar que Xabier (nombre ficticio) ha sido el único denunciante conocido por ahora del colegio Jesuitas de Pamplona, donde estudió entre 1961 y 1968. Al cura al que señaló como presunto abusador en su denuncia, Ruiz de Gauna, ya estaba siendo sujeto de investigación interna por parte del propio colegio, que había recibido denuncias anónimas de su comportamiento. Xabier, que ahora tiene 65 años, recordó que en 1965 sufrió un episodio puntual de abusos cuando tenía unos 10 años. Por entonces, cuando se encontraba un día cualquiera en la fila de alumnos para salir al recreo, dicho sacerdote, que impartía la asignatura de Francés, lo sacó de la hilera sin ninguna razón, lo dirigió a unas escaleras por las que los Padres y Hermanos accedían a sus habitaciones y le llevó hasta sus aposentos. El denunciante, al que se le quedó grabado lo mucho que olía la habitación a tabaco, recuerda que el sacerdote se sentó en una silla y subió al denunciante encima de sus piernas y, tras empezarle a hablar, “me empezó a tocar por las piernas primero y luego por los genitales”.

Como alumno, portaba bata y pantalón corto por aquel entonces, así que el sacerdote aprovechó para meterle la mano por dentro del pantalón y de la ropa interior y le manoseó los genitales. “Se me hizo eterno”, recuerda ahora. “Me fui de allí corriendo pero no recuerdo nada más. Tenía mucho miedo. Llegué al recreo con mis amigos y me preguntaron dónde había estado y no recuerdo lo que les dije, pero nunca se lo conté a nadie. Hasta hace una década que se lo empecé a contar a mi mujer y a la familia e incluso intervine en un programa de televisión”. El denunciante, al que llamaremos Xabi como nombre ficticio, no espera tras esto el perdón de la Compañía de Jesús, sino que su objetivo es que se conozcan todas aquellas situaciones de abuso, de autoridad y de intolerancia. “Aquello me dejó una huella imborrable. Me sentí abusado y vulnerable. En aquella época los curas podían hacer lo que quisieran. Y el que a mí me tocó era muy sádico, me daba miedo y entonces no podías contar nada a nadie”, expone en la denuncia. Tras participar en un programa televisivo sobre esta lacra hace unos años, este hombre rememora que recibió una llamada del rector del colegio de Jesuitas de Pamplona, para conocer qué quería y qué le había pasado. “Le respondí que solo quería que no volviera a ocurrir”. En aquella conversación, el rector, según denunció, le trasladó a este exalumno sus sospechas sobre otros dos hermanos que pudieron cometer abusos en aquella época. - E.C.