pamplona - Un nuevo testimonio de un exalumno del colegio de los Hermanos Maristas de Pamplona, donde estudió entre 1966 y 1973, desde los 10 a los 17 años de edad, confirma las conductas abusivas y pedófilas del hermano Braulio, denunciadas por otros dos compañeros.

Los testimonios de Andoni, Estanislao (nombres ficticios) e Iñaki revelan las conductas abusivas de cuatro hermanos Maristas, entre ellos Braulio, al menos entre 1958-1968. Maristas es el cuarto centro religioso navarro, tras los Reparadores de Puente la Reina, El Puy de Estella y Jesuitas de Pamplona en el que se han denunciado desde febrero abusos cometidos por religiosos hace varias décadas.

A pesar de asegurar encontrarse bien y no tener un trauma psicológico evidente, Iñaki se sentía con el deber moral de sacar su historia a la luz para hacer justicia también para sus compañeros. Tras leer en este periódico la denuncia de Andoni (nombre ficticio), con el que coincidió en Maristas a lo largo de un curso, Iñaki pensó en hacer públicos los abusos sexuales que sufrió por parte del hermano Braulio para fortalecer los testimonios anteriores, pero no fue hasta conocer la reacción de los Maristas, que dicen que los hechos denunciados son de muy difícil comprobación porque los hermanos han muerto o se les perdió la pista, cuando el pamplonés quiso poner las cartas sobre la mesa: “No esperaba nada de ellos, pero su reacción pone en duda los testimonios de gente que está realmente tocada. Nos quitan toda la credibilidad y nos hacen volver a vivir aquellos horrores por segunda vez”.

una persona embaucadora El exalumno recuerda su ingreso en el colegio de los Hermanos Maristas con angustia. Fue con diez años, nada más ingresar en el centro, cuando su tutor, el hermano Braulio, empezó a abusar sexualmente de él de forma continuada: “Me veo a mí mismo con 10 años, desvalido, en un sitio nuevo y sin amigos. Recuerdo que nos llamaba a su mesa cuando estábamos en el aula y nos metía mano por arriba, por abajo, o por donde podía, siempre delante de los demás. Éramos varios, pero a mí me tenía bastante enfilado”. Iñaki cuenta que la exposición pública de las conductas pedófilas del hermano Braulio le hicieron ser objeto de burla entre sus compañeros que hicieron de ese curso “un infierno. En ese momento no era consciente de que era algo sexual, sabía que era algo que me imponía y que no me gustaba, pero no podía hacer el ejercicio de pensar que era un pederasta. Sabía que tenía que alejarme de él, pero, por una cosa u otra lo tenía siempre encima”, rememora Iñaki.

Una vez superado el curso escolar y haber cambiado de tutor, Iñaki dio la vuelta a su vida estudiantil, comenzó a practicar deportes y se integró plenamente con sus compañeros, pero los problemas con Braulio no cesaban. Recuerda al hermano como una persona simpática, activa y embaucadora: “Era un hermano joven y muy deportista. Siempre se nos acercaba en el patio y no perdía ocasión para sobarnos. Incluso llegó a hacer buena relación con mi aita, que solía ir a verme a la pista de atletismo. En ese momento no le conté lo que pasaba por miedo a que no me creyera, y así fue años después”.

Aunque hubiera “varios monstruos y personas muy sádicas” que, aparte de los abusos sexuales, hacían de los abusos físicos algo normalizado, Iñaki recuerda también a buena gente, como uno de los hermanos del centro que le llamó a declarar los abusos sufridos ante una especie de tribunal interno de la congregación de los Maristas: “Me dijeron que había habido una denuncia previa de otro chico y que querían escuchar también mi versión. No sé la entidad que habría tenido aquello”. Esto coincide con la información proporcionada por la Provincia Ibérica de los Hermanos Maristas que afirma que el hermano Braulio abandonó la comunidad en 1968 por motivos desconocidos. Iñaki asegura que siempre se quedó con la duda de qué habría pasado, pero que aquello le sirvió para soltar una gran carga y tratar de empezar de cero.

El exalumno de Maristas no confía en que el sistema judicial pueda marcar una diferencia real en este proceso, pero sí cree en la denuncia social por lo que anima el resto de víctimas a dar su versión para que no se siga poniendo en duda que aquellas atrocidades sucedieron.