pamplona - El porcentaje de personas fumadoras en la Comunidad Foral ha descendido doce puntos en las dos últimas décadas, al pasar de un 31,5% en el año 2000 a un 19,5%, según la Encuesta de Condiciones de Vida de Navarra de 2017, que es la última que se ha realizado. Se trata, según apuntó Margarita Echauri, jefa de la sección de Promoción de la Salud y Salud en todas las políticas, de “la cifra más baja de los últimos 25 años por lo menos”, que se ha conseguido “gracias al esfuerzo colectivo de toda la sociedad, porque han estado implicados muchos agentes sociales”. Un dato “positivo”, como reconoció el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN), si bien todavía “existe un importante margen de mejora”, teniendo en cuenta que en los países nórdicos tienen prevalencias por debajo del 15%.

Así, coincidiendo con la celebración hoy del Día Mundial Sin Tabaco, Salud consideró que “la prevención es una de las herramientas más importantes para mantener esta tendencia descendente y reducir al máximo los hábitos tabáquicos”. Precisamente ahora se cumplen 25 años de la puesta en marcha de la políticas públicas de prevención del consumo de tabaco, que se iniciaron en 1994 con la firma de un convenio de colaboración entre los departamentos de Salud y de Educación para trabajar en la prevención al inicio y con la aprobación del programa de ayuda a dejar de fumar en centros de salud y en el servicio de Salud Laboral. Tanto el citado convenio como el programa se incluyeron en el Plan Foral de Acción sobre el Tabaco, que la Comisión de Salud del Parlamento aprobó el 27 de abril de 2001, añadiéndose a él también una tercera línea de actuación, que eran los Espacios sin Humo y que “ha sido muy importante”, indicó Echauri.

La responsable de Salud destacó la importancia de “mantener una tendencia decreciente”; un logro que se ha alcanzado gracias “al esfuerzo de múltiples agentes implicados”, ya que desde el comienzo se implicaron en la prevención del tabaquismo un amplio abanico de asociaciones de salud, de madres y padres, estudiantiles, patronales y sindicales, sociales, etc y especialmente de Atención Primaria, con un numeroso grupo de profesionales que continúan contribuyendo a este fin; un importante esfuerzo que Echauri consideró “necesario mantener”.

reforzar la atención a menores A pesar de que se ha conseguido bajar del 20% la prevalencia de fumadores en la Comunidad Foral, Salud abogó ayer en una nota de prensa por “reforzar la atención a las y los menores de edad, donde se ha reducido la brecha de género -pero desgraciadamente no es a costa de que los chicos fumen menos, sino de que ellas están fumando más-, y especialmente a las chicas que en esas edades de inicio consumen tabaco más que los varones”.

La última Encuesta de Condiciones de Vida de Navarra constata una prevalencia de consumo diario de tabaco del 19,5% de la población navarra mayor de 15 años (el 24,4% de los hombres y el 14,6% de las mujeres). En el conjunto de la población, la prevalencia más alta se observa en el grupo de 35-49 años con cifras superiores al 25%, y la proporción de exfumadores supera a la de fumadores a partir de los 50 años. No obstante, en todos los grupos de edad el consumo es mayor en hombres que en mujeres, y en los grupos de estratos sociales y niveles educativos menores.

ampliar espacios sin humo En el marco del citado Plan Foral, se promulgó la Ley Foral 6/2003, de 14 de febrero, de prevención del consumo de tabaco, de protección del aire respirable y de la promoción de la salud en relación al tabaco que se reforzó con las leyes estatales 28/2005 y 42/2010 y otras normas, por ejemplo de regulación de la publicidad. La regulación de los espacios libres de humo incluye dos tipos de intervenciones: la información y sensibilización y la inspección. El departamento de Salud consideró que “en Navarra ha tenido una buena aceptación social y ha contribuido a reducir el consumo y a aumentar el número de personas no fumadoras”, pero advirtió de que “el incumplimiento en una parte de los espacios y en algunas franjas horarias puede producir un retroceso en la reducción del tabaquismo, especialmente en la gente joven”. Por ello, consideró “importante realizar campañas a favor de los espacios sin humo y reforzar el cumplimiento de la ley”. En este sentido, Echauri planteó que “hay que ir trabajando para que las personas sean más conscientes de que fumar en esos espacios privados compartidos, sobre todo con menores pero también desde el punto de vista de la salud propia, es importante”. En cuanto a la regulación de espacios públicos, indicó que han enviado una circular a las sociedades gastronómicas para aclararles que ahí “no se puede fumar”.

En la regulación estatal, Salud afirmó que “queda pendiente aún un largo camino por recorrer en lo referente al precio -dado que es uno de los Estados dónde el tabaco es más barato-, al etiquetado y empaquetado genérico, el patrocinio de marcas de tabaco o una mayor presión fiscal a estos productos, en el marco europeo”.

El departamento mantiene la financiación de fármacos, que implantó de nuevo en diciembre de 2017 habiéndose beneficiado del sistema 6.139 personas el primer año (3.054 hombres y 3.085 mujeres), y el programa de ayuda a dejar de fumar, con dos niveles de intervención estructurada, el consejo breve y la atención educativa intensiva individual o grupal con seguimiento, y apoyo farmacológico, para lo cual están realizando formación en todos los centros de salud. Enmarcado en el tercer Plan Foral de Prevención de Drogas y Adicciones, este verano elaborarán un material para los centros educativos que aborde el tabaco, pero también el resto de sustancias, la prevención del juego patológico y el manejo de las pantallas a lo largo de toda la etapa educativa. Finalmente, Echauri aconsejó a las personas que quieran abandonar el hábito que acudan a su centro de salud y les recordó que “dejar de fumar es la medida más importante que pueden hacer por su salud”.

Una de cada cinco embarazadas en el Estado fuma. El porcentaje de embarazadas fumadoras en el Estado durante 2016 fue del 20,4%, frente al 14,3% registrado en 1980, y es superior en menores de 30 años (28,7%) que en mujeres de 30 años o más (17,6%), alertó el Instituto de Salud Carlos III tras un estudio con más de 40.000 mujeres. Los investigadores señalaron que cuando una embarazada fuma, el monóxido de carbono y la nicotina del humo de tabaco “pueden interferir con el suministro de oxígeno al feto. La nicotina cruza fácilmente la placenta y las concentraciones de nicotina en el feto pueden ser hasta un 15% más altas que los niveles maternos. Los efectos adversos del hábito de fumar en este periodo incluyen complicaciones del embarazo, muerte fetal, parto prematuro, un retraso en el crecimiento fetal y bajo peso al nacer (lo que repercute sobre la salud en la infancia), así como varios defectos congénitos graves asociados a discapacidad”.

Responsable de un tercio de los tumores. La Sociedad Española de Oncología Médica recordó que entre el 30-50% de los tumores son evitables adoptando hábitos de vida saludables. Uno de los principales factores de riesgo de sufrir un cáncer es el tabaco, responsable de hasta un 33% de los tumores y de hasta un 22% de las muertes por cáncer, según la OMS.

Aumenta el riesgo de muerte. Investigadores catalanes han detectado que el inicio del consumo de tabaco a una edad precoz aumenta el riesgo de muerte y de enfermedad cardiovascular, sobre todo en los que se inician antes de los 12 años, y han descubierto que “por cada año de precocidad en el inicio del consumo, el riesgo de mortalidad se incrementa un 4%”.

6.139

Salud destacó que la medicación puede aumentar la tasa de éxito para dejar de fumar hasta un 14-20%, siempre combinando el tratamiento farmacológico con el apoyo educativo. Entre diciembre de 2017 y diciembre de 2018, 6.139 personas se beneficiaron de las ayudas, a las que Salud destinó 734.000 €; una experiencia que el Gobierno expondrá hoy en Madrid y que, según un estudio, “está siendo efectiva para aumentar las tasas de abandono del hábito tabáquico al año, con tasas especialmente altas (35%), y contribuye a la equidad, ya que favorece el acceso de personas con renta menor”.