Pamplona - Son datos aproximados que el responsable del Instituto Navarro de la Memoria Histórica, Josemi Gastón, animó a tomar con “prudencia” por la falta de un método científico en la primeras y meritorias etapas, pero de los más de 3.000 asesinados y desaparecidos tras el golpe del 36 en Navarra se han logrado recuperar más de 2.200 cuerpos a lo largo de tres grandes etapas en el que familiares, asociaciones e instituciones se han ido dando el relevo en el protagonismo que, no obstante, siempre ha estado en el lado de las víctimas y sus seres queridos. Esta es sólo la información cuantitativa que se puede extraer de un libro lleno de “sentimientos”, “voluntades” y “memoria”, según la consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales, Ana Ollo, presentado ayer bajo el titulo de Bajo Tierra/Luz azpian. Exhumaciones en Navarra 1936-2019.

Es el colofón a una exposición con el mismo nombre y, de alguna manera al trabajo realizado por el Gobierno del cambio en el último tramo de un proceso arrancado en los tiempos hostiles del franquismo y que tuvo su boom con la llegada de la democracia (exhumaciones tempranas de 1978-1980) y se reactivó, de la mano de las asociaciones (y el Parlamento) en 2003 antes de este impulso final desde el propio Gobierno y Aranzadi en 2015-2019, periodo en el que se realizaron 20 exhumaciones exitosas con la recuperación de 85 cuerpos. A ellas habría que sumar las 122 del periodo anterior, aunque el grueso de desenterramientos se dio en el primer periodo, con unos 2.000 cuerpos recuperados. A lo largo de sus 170 páginas se puede encontrar un amplio material gráfico y documental, trabajo coordinado también por César Layana.

La consejera Ana Ollo afirmó que este libro “es un paso más en este camino de la memoria que queremos recorrer, una mirada al pasado para presentar lo que hemos conseguido en estas décadas y un recordatorio de lo que todavía queda por caminar”. “Navarra tenía una deuda con los familiares de miles de desaparecidos forzosos y la memoria es la base para una convivencia en paz en el futuro”, añadió. En este sentido, mirando a la próxima legislatura confió en que se mantenga la apuesta ya que “la sociedad no va a permitir que no se siga avanzando en las políticas de memoria porque si queremos un futuro en una cultura en paz y convivencia, nunca podrá ser enterrando esa memoria”.