Iñaki Rodríguez tiene una única herramienta de trabajo: su coche. Este tafallés de 58 años es taxista, dedica su vida laboral al transporte de personas y ahí, en el transporte, radica ahora su problema. La riada del 8 de julio se llevó por delante su taxi y lo convirtió en un vehículo inoperativo. “El seguro me lo ha declarado como siniestro total, va directo al desguace”, destaca el taxista.

El vehículo se encontraba aparcado en un garaje situado en la calle Martínez de Espronceda, la zona cero de la catástrofe. “Lo tenía aparcado en la calle pero como empezó a llover tanto lo moví y lo dejé en el garaje para que estuviera más protegido”, confiesa. Pero el Cidacos se desbordó, las calles se llenaron de agua y con ellas los locales a pie de calle. “El agua entró, se acumuló y casi llegó a los dos metros”, manifiesta Iñaki. La marca de agua todavía se puede ver en las paredes del garaje que llega a los 1,80 metros de altura. Hoy se cumplen 17 días desde que este tafallés tuvo que abandonar su taxi y dejar así, durante ese mismo tiempo, de trabajar.

problemas del consorcio La legislación navarra permite a los autónomos desgravarse el IVA de los objetos que incluyen en su ejercicio laboral. Así, siguiendo la ley de Navarra, lo ha hecho Iñaki Rodríguez con su taxi. Sin embargo, esto le ha traído un gran problema con el Consorcio de Compensación de Seguros.

“Al ser taxista me desgravo el IVA del coche pero ahora ellos quieren descontarme del dinero que me tienen que pagar ese 21% del IVA por habérmelo desgravado”, determina.

Y continúa: “Teniendo en cuenta la cantidad de dinero que me quieren dar por mi coche después de tasarlo, ese 21% que me quieren quitar son casi 5.000 euros”.

El caso de Iñaki Rodríguez es uno de los más delicados en la ciudad, ya que, tal y como cuenta, su expediente está ahora apartado y él se encuentra atado de pies y manos.

“Mi expediente está paralizado por el Consorcio y hasta que no lo cierren no puedo dar de baja mi coche y conseguir otro para poder empezar a trabajar”, protesta. Por el momento, el taxista tafallés se plantea todos los escenarios posibles e incluso baraja la opción de cerrar el negocio y comenzar una etapa diferente. “Con la edad que tengo yo no sé si me compensa meterme en una embarcada tan grande”, confiesa.

Relata que a él ahora le pagarán los días que no haya trabajado, lo correspondiente en horas para perder lo menos posible. Sin embargo, la idea de perder clientes es lo que más le preocupa. “Yo vivo de mis clientes, personas a las que ahora no les estoy cubriendo la necesidad y lo estará haciendo otra persona, cuando regrese quizás he perdido asiduos; ahora es cuando vamos a vivir lo peor y nos damos cuenta de la realidad del problema”, puntualiza.

Confiesa que una de las cosas más importantes ahora es que los negocios puedan salir adelante, tanto para Tafalla como para los comerciantes a título personal. “Creo que se podría dar prioridad a ciertos casos, no digo al mío, pero sí analizar la situación y considerar a quien le urge más”, anota.

valoración del río Durante las reuniones entre el Ayuntamiento de Tafalla y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), esta indicó que la situación del cauce del río se encontraba en buen estado. Esta afirmación les resulta extraña a los vecinos de Tafalla, que protestan ante la respuesta de la CHE. “La Confederación ni hace ni deja hacer, ellos dicen que el río estaba en buenas condiciones y yo me pregunto qué río han visto porque este no está bien, necesita que se limpie. Si el Cidacos hubiese estado en buenas condiciones, el agua no habría llegado tan alto”, recalca.

Iñaki sí tiene buenas palabras para la corporación municipal de Tafalla que, a pesar de llevar poco tiempo al frente del Ayuntamiento “han sabido solucionar bien la situación y ayudar a los vecinos”.