pamplona - El verano es el caldo de cultivo ideal para las otitis externas difusas. De hecho, como afirmó el jefe de la sección de Otología del servicio de Otorrinolaringología del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), Iñigo Ruiz de Erenchun Lasa, su “prevalencia, debido a los factores predisponentes, es mucho más elevada en la época estival, registrándose en este periodo aproximadamente tres de cada cuatro casos”. Y es que, apuntó el especialista, “las temperaturas por encima de 30 grados, la humedad y la gran afición al baño y a los deportes acuáticos favorecen su desarrollo”.

La otitis externa difusa, según indicó, “es una infección del conducto auditivo externo que en la mayor parte de los casos está producida por la Pseudomona Aeruginosa”. El doctor Ruiz de Erenchun señaló, al respecto, que el cerumen, el manto lipídico y un PH ácido son mecanismos de defensa frente a estas infecciones, por lo que todos los factores que los alteran favorecen la aparición de las otitis externas. Entre esos factores, consideró “determinantes” el calor y la humedad, pero también la sudoración excesiva, los lavados frecuentes que alteran el manto lipídico, la ausencia de cerumen, así como los frotamientos y pequeños traumatismos en el conducto. Asimismo, señaló que existen otros factores propios del paciente que predisponen a padecer esta patología, como son “las enfermedades dermatológicas (eczema, dermatitis seborreica, psoriasis, etc), así como la presencia de un conducto estrecho o anfractuoso (quebrado, sinuoso, tortuoso o desigual)”. En definitiva, como explicó el facultativo, “la piel del canal auditivo externo desprovista de sus mecanismos de protección sufre una maceración por la acción del calor y la humedad”, de manera que “sobre ella actúan con facilidad los gérmenes causantes de la infección”.

Así, el proceso de este tipo de infecciones, que son “muy frecuentes” en el verano de la Comunidad Foral, “es bastante molesto, porque el oído duele mucho, y supone un incordio, porque una de las medidas del tratamiento es que durante una semana o hasta que se resuelva el cuadro no hay que mojar el oído. Cuando eso te pasa en verano de vacaciones o a un crío es una pesadez”, reconoció el doctor Ruiz de Erenchun, para aclarar después que “más que todo son molestas o dolorosas, pero no son un cuadro que suponga un riesgo importante para la salud”.

Sin embargo, destacó que adoptando una serie de maniobras de prevención, como no manipular el conducto, ni hacer limpiezas con bastoncitos u otros objetos, así como evitar el paso de agua al conducto auditivo externo, “nos puede ayudar a prevenir un gran número de cuadros de otitis externa”.

síntomas y tratamiento El dolor es el síntoma más frecuente de esta patología, ya que afecta “a más del 90% de los pacientes. Es de intensidad variable y se caracteriza porque al presionar en el trago (cartílago situado por delante del conducto) o movilizar el pabellón auricular se hace más intenso”, señaló el otorrino. Asimismo, es muy frecuente que los afectados tengan supuración, aunque suele tardar unos días en aparecer, y picor (prurito), si bien en este caso suele manifestarse de forma precoz. De hecho, en los casos de infecciones por hongos suele ser el indicio principal. Además, cuando el conducto está ocupado por secreciones las personas afectadas tienen la sensación de ocupación del oído y sordera.

Por todo ello, el especialista del Complejo aconsejó acudir al médico de Atención Primaria “ante un dolor que aumenta al movilizar el pabellón auricular o al presionar delante del conducto, que se mantiene más de 24 horas, con antecedente de haberse bañado, para que valore si es una otitis externa y que indique el tratamiento adecuado”.

Así, una vez que el médico confirma el diagnóstico y realiza una limpieza del conducto si éste se encuentra ocupado por secreciones o restos epiteliales -si no está limpio, el tratamiento no será eficaz-, la mayor parte de los casos se resuelve con la aplicación de “un tratamiento tópico con gotas que combinen un antibiótico y corticoide”, expuso el doctor Ruiz de Erenchun, quien apuntó que, en función de la intensidad del dolor, se puede añadir un analgésico y que, sólo en casos severos o aquellos con gran inflamación, se administrará también un antibiótico por vía oral.

cómo prevenirlas Para prevenir las otitis externas difusas y su recurrencia, algo que es muy habitual, el experto informó de que se pueden llevar a cabo una serie de cuidados-medidas higiénicas. En primer lugar, sostuvo que hay que desterrar “la idea de que hay que hacer limpiezas del conducto auditivo externo. Lo único que hay que hacer para limpiarlo es secarlo con una toalla por fuera, pero nada de meterse el dedo, ni uñas, ni bastoncillos, bolígrafos... Nosotros decimos al paciente que puede meterse en el oído su codo. Debemos evitar manipulaciones en el conducto y no introducir ningún tipo de objeto. El cerumen, al contrario de lo que se cree, es beneficioso para el oído, ya que es un mecanismo de defensa contra las infecciones”. En este sentido, recalcó que tampoco hay que limpiarlo con agua y jabón, ya que “se elimina el manto ácido protector”.

En cambio, recomendó el uso de tapones para evitar el paso de agua al conducto auditivo. De hecho, señaló que “son más efectivos” los realizados a medida y, además, que se puede aumentar su efectividad colocando un poco de vaselina alrededor del tapón. En el caso de que después del baño quede agua alojada en el oído, se puede saltar con la cabeza inclinada hacia los lados para intentar drenarla o aplicar aire caliente con un secador de pelo.

En los pacientes con otitis externas de repetición por paso de agua al conducto auditivo, el especialista recomendó el uso de gotas de alcohol, ácido acético o ácido bórico después del baño y, si a pesar de ello persisten, aconsejó no meter la cabeza debajo del agua. Finalmente, consideró conveniente tratar las enfermedades dermatológicas asociadas, como la psoriasis...

Qué es. Las otitis externas constituyen un grupo de enfermedades que cursan con la infección del conducto auditivo externo y que, ocasionalmente, pueden afectar al pabellón auricular y a la cara epitelial de la membrana timpánica. No existe un registro único de la prevalencia de la enfermedad porque se valora tanto en centros de salud, como en consultas de especialistas y servicios de Urgencias.

No usar bastoncillos. El jefe de la sección de Otología del servicio de Otorrinolaringología del Complejo Hospitalario, el doctor Iñigo Ruiz de Erenchun, sostuvo que hay que “evitar el uso de bastoncillos, palillos, bolígrafos y demás objetos para limpiar el conducto auditivo externo o calmar el picor”. Asimismo, afirmó que “la cera protege el oído de infecciones”, por lo que “no debemos extraerla a no ser que tapone el conducto auditivo externo o haya un contenido excesivo. Los bastoncillos limpian la parte más superficial, pero empujan el resto hacia dentro favoreciendo la formación de tapones oclusivos”, además de que pueden “traumatizar la piel y provocar infecciones”.

90%

El 90% de los pacientes con otitis externa presenta dolor.