Donostia - Voluntarios de Cruz Roja Hondarribia salvaron ayer in extremis a nueve personas, tres adultos y seis niños, de una embarcación que sufrió una avería y una vía de agua tras lo que acabó volcando a una milla de la playa de Hendaia.

“Fue muy, muy justo”, admitió ayer Iñaki Sagarzazu, responsable de Cruz Roja Hondarribia. El destino quiso jugar esta vez en favor de los tripulantes del barco, que a pesar de haber vivido angustiosos momentos, pudieron salir sanos y salvos de una situación que hacía temer lo peor.

SOS Deiak recibió el aviso a las 21.00 horas. Una embarcación de 5,4 metros de eslora que había partido del puerto de Hondarribia sufría una avería que había provocado el fallo de motor y tenía una vía de agua que estaba inundando el casco. En su interior se encontraban tres adultos con seis niños, veraneantes en la costa guipuzcoana, que además no llevaban chalecos salvavidas. aunque es obligatorio.

Afortunadamente, los voluntarios de Cruz Roja Hondarribia -que habitualmente no están en el puesto, sino que acuden cuando reciben un aviso- se hallaban en el puerto porque habían atendido previamente una llamada sobre la presencia de un delfín muerto en la zona portuaria.

Este hecho hizo que pudieran responder con celeridad al aviso del hundimiento de la embarcación, situada una milla al norte de la playa labortana.

En apenas cinco minutos se encontraban en el lugar del suceso. “Fue todo muy rápido”, recordó Sagarzazu. El rescate fue tan in extremis que en el momento en el que los tres voluntarios de la Cruz Roja, a bordo de la zodiac Olearso, sacaban al último tripulante del barco que estaba zozobrando este volcó, dejando el casco sumergido en el agua, con la quilla asomando sobre la superficie.

remolcar el barco Una vez logrado el objetivo de sacar sanos y salvos a los nueve pasajeros, los integrantes de Cruz Roja los trasladaron al puerto. Y una vez los dejaron en tierra -no hubo que trasladar a ninguno a un centro sanitario-, volvieron hasta el lugar del rescate para sacar del mar la embarcación, ya que su presencia podía suponer un peligro para el resto de naves que navegaran de noche por esa zona. De este modo, fue remolcada hasta el puerto deportivo de Hondarribia, operación que se hizo ya de noche, mientras que durante el rescate todavía contaron con la luz del día.

Fue una situación, sin duda, angustiosa que tuvo un final feliz para los veraneantes gracias a la celeridad de los miembros de Cruz Roja que acudieron al rescate. Ya que el suceso tuvo lugar apenas media hora antes de la puesta de sol, a una milla marina de la playa -1,85 kilómetros-, con presencia de menores y sin que llevaran chalecos salvavidas, lo que habría complicado su situación en el caso de que la embarcación hubiera volcado antes de la llegada de los miembros de rescate.