donostia - El preludio festivo es siempre un tenso compás de espera porque no es fácil organizar una cita multitudinaria como es la Aste Nagusia de Donostia, un reclamo turístico de primera magnitud con un aluvión de visitantes que poco menos que exige cruzar los dedos para que la semana discurra sin contratiempos ni vulneraciones de derechos. De puertas adentro, el Consistorio admite que el aumento de denuncias por agresiones sexistas “preocupan y mucho”, y eso que solo se conoce la punta del iceberg “porque un elevado porcentaje de episodios violentos se siguen sin denunciar”, como reconocía ayer a este periódico la concejala de Igualdad, Duñike Agirrezabalga. En la terraza del Ayuntamiento de Donostia, en el mismo lugar en el que las mujeres cobrarán mañana un indiscutible protagonismo, con una veintena de deportistas invitadas al cañonazo que abrirá la fiesta, el alcalde Eneko Goia habló ayer de “alegría, igualdad y libertad”.

Tres palabras que estos días atrás han brillado por su ausencia en diferentes puntos de la geografía vasca donde la violencia hacia las mujeres ha vuelto a sacudir conciencias provocando hastío y un indisimulable hartazgo. Mientras el Ayuntamiento presentaba ayer el dispositivo previsto para que la Aste Nagusia discurra sin que nadie tenga que ver coartada su libertad, se conocía un nuevo arresto, de nuevo en Gasteiz, en el mismo contexto festivo en el que a punto está de sumergirse Donostia.

El arrestado, que empañó el transcurso de las fiestas patronales, es un hombre de 34 años, acusado de abusar sexualmente de una mujer de 30 años. La llamada de un testigo y la colaboración de varios ciudadanos fue determinante para detener al agresor. Este caso, que se suma a un primer intento de agresión sexual en la medianoche del sábado al domingo, en vísperas del comienzo de las fiestas, ha acabado con la paciencia de la ciudadanía, y varios cientos de personas se concentraron ayer en Gasteiz para denunciar los dos ataques durante las fiestas de La Blanca.

Esta misma escena se ha repetido en Donostia en un sinfín de ocasiones. El alcalde de Donostia, Eneko Goia, y la concejala de Igualdad fueron muy claros al respecto, plantando cara a la impunidad, para dejar bien claro que quien cometa una agresión sexual “pagará las consecuencias”. “Sigue habiendo gente que cree que puede salir indemne ante este tipo de agresiones. Pues bien, que sepa que se le va a perseguir, y que estamos trabajando para que no se produzca un solo caso. Tolerancia cero”, remarcó Agirrezabalaga.

en alerta La violación grupal denunciada por una joven de 18 años en Bilbao, así como la agresión sexual a una menor en Donostia, “son hechos condenables que han encendido las alarmas”, obligando a realizar un mayor esfuerzo. Se ha diseñado para ello un plan de actuación, a sabiendas de que la masiva presencia de personas y el desmedido consumo de alcohol durante la fiesta no facilita precisamente las cosas.

El resto de concejales de la corporación donostiarra mostró ayer su apoyo a la campaña contra las agresiones sexistas, cuyo lema es Si no hay sí, ¡es no!

Así, estas semanas atrás no solo se han ultimado detalles sobre el programa de fiestas sino que se ha realizado una labor de campo, repartiendo pañuelos de fiestas, pegatinas y servilletas con el lema contras las agresiones por establecimientos hosteleros y comercios de la ciudad. Se ha informado del mismo modo a los taxistas sobre el protocolo a seguir en estos casos. También se instalará una carpa en el Boulevard que servirá como punto de información y de ayuda, “un lugar seguro al que recurrir en caso de sufrir o ver algún tipo de agresión sexista”. Habrá educadoras tanto en los puntos de información como recorriendo los espacios festivos de la capital.

También se ha reforzado el transporte público reorganizando los servicios búhos que presta Dbus en horario nocturno, “con el fin de responder a la demanda de chicas para que puedan regresar más seguras a casa”. Se suma todo ello al dispositivo de seguridad diseñado entre la Guardia Municipal y la Ertzaintza. Tal y como se acordó la semana pasada, el número de agentes municipales se incrementa en una treintena para impedir todo tipo de actos delictivos. En suma, habrá 210 agentes velando por la seguridad ciudadana. Además, el Ayuntamiento dotará de mayor iluminación la zona del Kursaal. Ayer a las 22.00 horas se realizaron pruebas en el entorno de la disko festa para comprobar que no haya puntos oscuros en una zona en la que el año pasado se registró la mayor parte de las siete denuncias por agresión sexual. El espigón se cerrará al tránsito todos los días a partir de las 22.00 horas.

Ningún dispositivo, pese a todo, garantiza una seguridad plena. “Se toman medidas, pero no es una cuestión solo de seguridad sino de libertad, algo que compete a la ciudadanía durante todos los días del año”, recalcó Goia, que pidió por encima de todo “respeto”, porque de lo contrario “la convivencia no es posible”.