La agresión sexual sufrida por una joven en Bilbao tras una cita a ciegas ha encendido todas las alarmas sobre las relaciones que se inician en internet. Expertos de la Policía Foral advierten de los riesgos inherentes a estas nuevas formas de ligar y rebaten el propio concepto de cita a ciegas: cuanta mayor visibilidad tengan dichos encuentros, mayor seguridad para las personas implicadas, especialmente para las mujeres y los menores de edad, que también usan las redes sociales para conocer a otros semejantes.

La Policía Foral detuvo el año pasado a un chico de 17 años después de que una menor lo denunciara por abusos sexuales tras conocerse a través de una aplicación de contactos. Con los datos aportados por la víctima al grupo de Delitos Informáticos, se pudo identificar al presunto autor a través de su perfil para luego detenerlo. La joven denunció, además, la sustracción de su teléfono móvil. Es el hecho más grave que el Cuerpo autonómico ha investigado en relación con este fenómeno en auge de ligar en el ciberespacio.

Así lo confirma Miguel Ruiz, jefe del Grupo de Delitos Informáticos de la Policía Foral, familiarizado con las investigaciones de hechos que cometen a través de internet. Por su experiencia, asegura que “hay bastantes problemáticas vinculadas a las páginas o aplicaciones de contactos, pero no son graves, al margen del hecho investigado el año pasado”. Al respecto, apunta que “una de las situaciones que más se repite es la de un menor de edad que acude a una cita con alguien y resulta que esa persona no es quien decía ser”, explica este experto, quien aclara que “en este caso no nos encontramos ante un delito si no se produce una conducta sexual”.

Al contrario que en el supuesto anterior, el fenómeno del grooming o cibergrooming sí es constitutivo de infracción penal. Se trata de la conducta por la cual un adulto finge ser menor de edad para conseguir mediante engaños una fotografía o vídeo de un menor de contenido sexual o erótico. “Es un tema en el que insistimos mucho en los centros educativos a los que acudimos a dar formación. Muchas veces la persona que está detrás de internet no es la que pensamos. En estos casos nos encontramos con la comisión de un delito contra la intimidad y también de un delito de corrupción de menores por producción de pornografía infantil”, señala Ruiz.

En este sentido, desde el Grupo de Delitos Informáticos de la Policía Foral inciden especialmente en las charlas que imparten en centros escolares en el riesgo de enviar fotografías a través de internet, porque “cuando una fotografía o vídeo sale de nuestro móvil, se pierde el control y es imposible recuperarlos. A veces esas fotografías o grabaciones se envían conscientemente a un novio o novia, que posteriormente dejan de serlo, y la reenvían por despecho o venganza”.

Las aplicaciones de contactos, citas o para ligar proliferan continuamente. “Aparecen constantemente nuevas páginas. Además de las más conocidas, hay otras muchas en funcionamiento”. Cuando los contactos fructifican y hay intenciones de citarse, “siempre es muy recomendable realizar alguna gestión previa para informarse de quién es la persona que está al otro lado. No basta con pedir una foto y ya está, sino que es muy conveniente hablar por teléfono para ver si la voz corresponde con la edad de la persona, e incluso realizar una videollamada para cerciorarte por completo. Además, es muy aconsejable pedir algún dato personal, como la dirección del domicilio, el lugar donde trabaja... Son datos que pueden aportar credibilidad y dar confianza”.

EN LUGARES PÚBLICOS Cuando se decide saltar de la pantalla del ordenador o del móvil a una cita real, desde la Policía Foral se efectúan dos recomendaciones básicas que observar. “Si quedas con alguien, cuéntaselo a alguien de tu confianza. Y si acuerdas una cita, que sea en lugares públicos. Nunca se debe quedar en domicilios, ni en lugares apartados...”, recalca Miguel Ruiz, quien añade que “si quedas en un lugar público y se da una situación complicada, siempre se puede pedir ayuda a otras personas”.

El jefe del Grupo de Delitos Informáticos de la Policía Foral es consciente de que “los menores normalmente actúan en estos temas a espaldas de sus padres y madres. Por eso en las charlas les decimos que tienen que saber qué hacen sus hijos e hijas en internet”, señala Ruiz, quien incide en que “no nos queda más remedio que aprender qué son las redes sociales o las aplicaciones de citas y contactos, cómo funcionan, y tenemos que extremar la vigilancia, porque los menores no siempre son conscientes de los riesgos”.

Si bien eliminar todos los peligros parece difícil, desde la Policía Foral se lanza una advertencia a quien intente servirse del supuesto anonimato de internet, que al mismo tiempo es una mensaje de tranquilidad para potenciales víctimas. “En internet todo deja rastro. Todas las empresas que prestan servicios en la red y las compañías de telefonía guardan información que está disponible para las policías en caso de abrirse una investigación. No es difícil llegar a determinar quién está detrás de un perfil en internet si es necesario”, indica Ruiz, quien recuerda el caso investigado el año pasado que supuso la detención de un menor de Berriozar por una denuncia de abusos sexuales con penetración. “Con la información que nos facilitó la denunciante y las indagaciones que realizamos, pudimos determinar quién era el supuesto autor de los abusos, que fue detenido y puesto a disposición de la Fiscalía de Menores”.