BILBAO. Se hizo oír alto y claro. ¡Vaya si lo hizo! Y su mensaje llegó mucho más lejos que cualquier autobús con la pretensión de limitar la libertad de que cada uno pueda ser como se siente. Marijaia -o Marijaio, ¿por qué no?- volvió ayer a reinar en Bilbao para reivindicar que en el botxo hay espacio para la diversidad que enriquece las calles por las que transitan sus ciudadanos. Y lo hizo en boca de la pregonera, Bea Sever, que consiguió la ovación de los presentes en la plaza del Teatro Arriaga al manifestar que “hay niñas con pene y niños con vulva. Están aquí. Y son felices”. El poderoso pregón tuvo espacio incluso para evidenciar hasta lo que un niño tiene capacidad de entender: “No sabemos qué tiene Marijaia bajo su falda. Y no nos importa. Le queremos igual”.

El estallido de júbilo posterior al txupin lanzado por Itsasne Núñez, de la comparsa Pa... Ya, se vivió tras un discurso de calado recitado por la portavoz de Naizen, la Asociación de Familias de Menores Transexuales de Nafarroa y Euskadi. “Han sido valientes y, aunque al principio no les entendíamos, nos han dejado claro quiénes son y sus familias hemos sabido escucharles y acompañarles, luchando muchas veces contra viento y marea”, exclamó la pregonera desde la balconada en referencia a los niños transexuales. En ese sentido, tuvo una mención para todos aquellos que también colaboran para cambiar el mundo, porque “donde se entienda la diversidad como valor, cada uno, cada una de nosotras también podrá ser quien realmente es”.

La pregonera pidió que nadie más sufra por ser quien realmente es. Y no pudo evitar recordar a Ekai, el ondarroarra de 16 años que hace año y medio se quitó la vida tras una adolescencia esperando sus hormonas. Porque ya es bastante complicada la lucha de estos niños y jóvenes para hacer entender al resto cuál es su identidad sexual, Bea Sever se desgañitó asegurando que no se tolerarán agresiones tránsfobas ni machistas. “Que la educación sea la herramienta para construir ese mundo sin agresiones que todos soñamos”, exclamó ante un Bilbao, que es un mundo de colores, en una fiesta, Aste Nagusia, que abraza la diversidad. Poco después del tradicional “Gora Marijaia, Gora Aste Nagusia!”, Núñez prendía el txupin con el que dar comienzo a un alborozo inagotable durante nueve intensas jornadas.

“Ha sido la experiencia más emocionante de mi vida. Que me perdonen mis hijos”, aseguró posteriormente la pregonera, sin poder eliminar la sonrisa de su rostro. Con los nervios a flor de piel, reconoció que fue al sentir el calor de los bilbainos y ver que reaccionaban ante su discurso cuando más a gusto se sintió. “Tenía claro que nuestras reivindicaciones tenían que estar en el pregón”, aseguró Sever, a la que cuando propusieron ser pregonera pensó en la oportunidad que supondría para dar a conocer la asociación ahí donde aún no han oído hablar de ellos. Tan bien cumplió con su cometido que la txupinera no pudo evitar abrazarla tras el pregón. “Ha sido increíble. Todos los años lo sigo desde la plaza y siempre me pregunto si se nos reconocerá. Y sí. He reconocido a muchísimas caras”, explicó por su parte Núñez, quien aseguró haberse “roto de emoción” ante “la plaza llena de colores y reivindicaciones, el espejo de una ciudad que está viva y que tiene ganas de avanzar”.

En el Foyer

Como cada año, la liturgia del txupinazo se siguió a rajatabla, desde el aurresku hasta el intercambio de atributos entre pregoneros y txupineros, pasando por la puesta del pañuelo azul entre los concurrentes. “Se siente mucha ilusión y emoción. La intención es que todo vaya bien”, aseguró el alcalde Juan Mari Aburto instantes previos al pregón. “Estoy muy contento de que Bea Sever sea la pregonera. Es significativo el hecho de que una asociación de esta naturaleza asuma esta responsabilidad. Eso significa que en Bilbao la pluralidad, la diversidad y el respeto son valores que se sienten y se viven. Tenemos que hacer todo lo posible para profundizar en ellos y que no se pierdan”, añadió el primer edil.

Durante el acto, la presentadora ya exclamó una proclama que no por repetirse continuamente está de más: “Queremos una Aste Nagusia sin agresiones. La culpa nunca es de las víctimas, siempre es de los agresores. No es no. Y el silencio no es sí”. Itziar Urtasun, concejala de Fiestas que suma su novena Aste Nagusia saliendo al balcón en representación del Ayuntamiento de Bilbao, aludió precisamente al deseo de que no haya ninguna agresión. “Queremos que las mujeres se sientan libres y tengan ganas de salir a la calle, porque viendo lo que tenemos hay que trabajar muchísimo durante todo el año. Espero que sigamos siendo valientes y salgamos a la calle”, aseguró la edil.